Ahora, cuando las encuestas dan otros resultados y la producción de Botnia no parece matar a nadie, el Gobierno quiere terminar la historia de los cortes de ruta sin pagar más costos políticos. Kirchner ya sufrió el peso de su política anterior cuando vio cómo se desvanecía su proyecto de presidir la Unasur debido al infranqueable veto uruguayo."
Luego de afirmar que nunca apoyó los cortes -sin que se le moviera un músculo de la cara, porque la tiene de piedra- ahora viene, según este artículo, la ofensiva final para levantar lo que ya tiene más de dos años y es una vergüenza nacional e internacional.
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