domingo, 29 de agosto de 2010

Confirmado: Montoneros existió


De todos los acontecimientos que hemos vivido en estos últimos días, quizá la mayor sorpresa fue escuchar en boca de nuestra Reina de Tolosa la palabra Montoneros.

Si señores, este grupo terrorista existió y luego de tantos años de kirchnerismo, aparece complicado en una trama que todos conocíamos: Graiver administraba parte de los fondos que Montoneros había obtenido del secuestro de los hermanos Born (60 millones de dólares, algo así como 200 millones de dólares a valores de hoy)

Esos "jóvenes idealistas" desde sus inicios demostraron cual era su ideal y por donde pasaban sus inquietudes. Recordemos que el resto del dinero fue para Cuba y nunca se supo que pasó con él aunque se sospecha. Firmenich tiene mucho que explicar todavía.

Lo que la Historia Oficial oculta y tapa, es justamente puesta en el tapete por el propio Gobierno. Otra contradicción kirchnerista. Escupen para arriba y no quieren darse cuenta.

Estemos atentos, porque próximamente descubriremos que Montoneros atentó, mató y secuestró durante un gobierno democrático.

Fibertel en la dictadura kirchnerista

El tema Fibertel es otra muestra del desprecio que el kirchnerismo tiene por la gente. Cómo le gusta vivir en la mentira permanente y manejar a su antojo la historia y sus acontecimientos.

Veamos. Si Cablevisión absorvió a Fibertel, tal como afirma la empresa, en marzo de 2003 y ello fue comunicado a la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones) y ésta no dijo nada, me pregunto ¿porqué recién ahora, más de siete años más tarde el Estado Nacional dice que Fibertel no existe?

Resulta que ahora, yo que elegí a Fibertel para que brinde el servicio de internet, porque en su momento consideré que era la mejor opción, ahora debo mutar de empresa porque este gobierno se encuentra en una batalla contra Clarín.

El propio gobierno me asegura a través de publicidad, que también pago, que el cambio es gratuito. Pero nada dice sobre el servicio que me tienen que brindar. Es decir, me obligan a cambiar por una empresa que no elegí, con un servicio que es peor. Porque si fuera mejor, ya me hubiese pasado con anterioridad.

Los que apoyan esta postura, son aquellos que tienen al Grupo Clarín en la vereda de enfrente. Es cierto que este Grupo tiene merecido los enemigos que cosechó durante sus largos años de trayectoria, pero lo que no entienden los kirchneristas es que no pueden cagarse en el Estado de Derecho. No pueden actuar como en una Dictadura. Porque hoy es Fibertel y mañana puede ser cualquier otra cosa que el gobierno no quiera o no le convenga que exista.

Estos atropellos por no llamarlos matonismos, son iguales a lo que hace Chavez o hicieron varios dictadores tristemente renombrados como Fidel; Mussolini; Hitler; Stalin; Mao y siguen las firmas. Todos ellos, ganadores de elecciones democráticas. Y todos nosotros, sabemos como terminaron y lo negativo que fue para la gente que decían respaldar y proteger.

Todavía les queda un año de gobierno. ¿Qué otras barbaridades nos quedan por presenciar?

jueves, 26 de agosto de 2010

No le creo a este gobierno

Dos aperturas del gordo Lanata en su programa muy en línea con el post que publiqué ayer. Guárdelo, vale la pena.

Publicado el 23 de agosto




Publicado el 25 de agosto

miércoles, 25 de agosto de 2010

La impunidad K y sus mentiras


El patoterismo de Moreno y los Moyano me tienen harto. Pero lo peor, son los K.

Ninguno de los primeros son nada sin la autorización y libertad de acción de los segundos. Esta es la realidad, independientemente del "color del cristal con que se mire".

Lo de ayer, el show payasesco en la casa de Gobierno respecto a Papel Prensa, dio inicio a una nueva etapa de la gestión del matrimonio. Esa nueva etapa continene varios matices. En primer lugar quedó claro que para ellos la "verdad histórica" son solamente dos palabras unidas con un objetivo: justificar lo injustificable. No hay nada nuevo aquí, porque con su política de Derechos Humanos hacen gala de esa mentira o verdades a medias, que solamente sus seguidores aplauden ciegamente.

Otro matiz importante, fue el pobre apoyo de los industriales para prestarse al juego de la mentira. Eso quedó evidenciado y seguramente, entrará en juego la venganza K.

Pero lo más impactante es la impunidad con que esta gente se mueve. El tema Fibertel es otra muestra que se suma a otros actos similares como por ejemplo el Indek y su poco creíble nivel inflacionario mensual. La gente está cansada que le metan el dedo en el culo.

Seguramente siguen creyendo -como lo hacían con sus amigos Montoneros- que son iluminados y que tienen la verdad absoluta. No se dieron cuenta que pasaron casi 40 años y el mundo cambió.

Como en un sainete, en los medios de hoy Isidoro Graiver se encarga, muy prolijamente, de desarmar el circo armado por Cristina y sus payasos.

Hace 34 años que Papel Prensa fue vendida. Pasaron muchos representantes del Estado Nacional y nunca dijeron nada. La familia Graiver fue resarcida en el gobierno de Alfonsín y nunca reclamaron por Papel Prensa. Los propios K llevan seis años en el gobierno y mientras eran socios de Magnetto estaba todo bien. Sin embargo cuando esa sociedad murió nació un enemigo nuevo.

Mientras tanto, la inflación sigue. La inseguridad continúa cobrándose víctimas. Y nuestro país no sale del tobogán.

Kirchner lo hizo posible.

lunes, 23 de agosto de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

Fracturas en la aldea intelectual


Excelente columna de Santiago Kovadloff publicada hoy en La Nación. Refleja exactamente lo que pienso y creo de este gobierno y sus seguidores.

Vale la pena. No se va a arrepentir.

No diría yo que son cada vez más, pero sí que se me hacen cada vez más evidentes. Me refiero a quienes disocian, sin conflicto y en voz alta, los actos de corrupción en los que abunda el Gobierno, de aquellas iniciativas que despiertan su apoyo. Son músicos y poetas, periodistas y filósofos. Los hay también docentes y psicoanalistas, actores y sociólogos. A muchos los conozco; algunos son muy cercanos. Integran esa franja de la clase media escindida entre quienes se sitúan en la orilla política que mira con entusiasmo la gestión kirchnerista y aquellos que, como yo, ocupan la opuesta.

Si algo reprochan estos amigos y conocidos a quienes no pensamos como ellos es el hecho de colocar, en el centro de nuestro diagnóstico y en la base de nuestra disidencia, lo que no conciben sino como irrelevante cuando no como inexistente. No advertimos o no queremos advertir, se nos dice desde ese sector, que lo fundamental es lo inédito aportado por los Kirchner. Y que, a la luz de lo inédito, lo viejo y usual no sólo es un mal que viene de muy lejos, sino que tiene muy menguada incidencia en el curso innovador que van tomando las cosas, desde el año 2003 en adelante.

Lo nuevo, aseguran ellos, es que este gobierno y el que lo precedió supieron contribuir al despliegue del progresismo en la Argentina. Promovieron con energía su renacimiento. Lo han afianzado. Le han devuelto vitalidad a una izquierda que, desde el peronismo conducido por Néstor Kirchner, restauró los ideales de justicia social. Lo viejo, admiten algunos, subsiste todavía. Hay corrupción, reconocen. Hay delito. Hay prepotencia. Se trata, explican, de una vertiente anacrónica y enancada en lo novedoso, que busca, como puede, recuperar el protagonismo que perdió. No obstante, ninguno de estos rasgos definen, según tales comentaristas, la dirección que la pareja presidencial logró infundir a la política argentina. Corrupción hubo siempre, enfatizan. Y el hecho de que aún persista no significa que su espesor real, en el oficialismo, sea el que la oposición se empeña en atribuirle. Una oposición ensañada, dicen, en obstruir las iniciativas valiosas del Gobierno y desconocer por todos los medios sus aciertos.

Estos amigos y conocidos no dudan de que el progresismo debe asegurarse como sea el curso fluido de su marcha ascendente. Las contradicciones que puedan irrumpir en esa marcha lejos están de afectar su coherencia. Por el contrario: ellas sólo pueden pasar por esenciales e intolerables donde no se aprecia el empuje transformador que las genera. Donde no se quiere ver el sitio periférico que, en verdad, ocupan dentro del proceso de cambio que se está llevando a cabo en la Argentina.

Al confundir lo sustantivo con lo superfluo y convencional, quienes piensan como yo lo hago terminan por obstaculizar, me dicen, el desarrollo de lo necesario y por convertirse, queriéndolo o no, en reaccionarios. Tal es el diagnóstico con que estos amigos y conocidos caracterizan a los adversarios del régimen de turno, al que pronostican, dicho sea de paso, una larga vida en el poder mediante el legítimo mecanismo de las elecciones sucesivas.

¿Cómo no oír en estas voces de hoy las desgastadas consignas redencionales de ayer, reacias a aprender las lecciones que deberían impartirles sus fracasos reiterados y su constante impopularidad? ¿Dónde arraiga la resistencia al cambio? ¿Dónde se denuncia lo ciego y senil o dónde se aspira a presentar como eternamente remozado lo irremediablemente envejecido?

Es cierto: esto vale también para los opositores. Ninguno de ellos llegará a ser lo que debe si no deja de parecerse a lo que fue. Pero, para muchos de nosotros, vale ante todo para el oficialismo. Un oficialismo que no logra enmascarar su vocación autoritaria por más que se empecine en simular que no la tiene.

La indiscutible evidencia de que la crisis del año 2001 desnudó las fragilidades del capitalismo local y contribuyó a profundizar el descrédito de la endeble democracia en que vivimos volvió a cebar los viejos sueños apocalípticos. Son esos mismos sueños los que hoy reflotan, impermeables a las pruebas que arroja la década pasada y, en especial, a las que sembró la trayectoria acomodaticia del peronismo después de que Menem lo liquidó como expresión de una ideología nacional y popular. En su reflorecimiento, esos sueños se empecinan en concebir a los Kirchner como líderes de una tendencia en la que se reconcilian ética social y eficacia política. Son ellos, auguran sus adherentes, quienes han comenzado a desplegar el proceso que sabrá superar el republicanismo insustancial en el que estamos atrapados. Ellos y nadie, sino ellos, son quienes impulsan el advenimiento de una sociedad por fin liberada de sus oligarquías y corporaciones ultra conservadoras, así como de la incidencia de los partidos agusanados que tanto hicieron para que el país no prosperara, desde que se puso fin al último régimen militar. De sus ruinas, se profetiza, nacerá una sociedad más justa y promotora de un intenso protagonismo de los sectores hoy marginados del trabajo y de la educación.

Hay, en suma, un fin supremo y el logro de ese fin valida todos los medios: matonismos a lo D´Elía y Moreno. Oscuridades a lo De Vido. Presiones a lo Moyano. Subestimación implacable del federalismo. Valijas, tragamonedas y diplomacia paralela. Abierta y desenfrenada multiplicación de bienes privados durante el ejercicio de la función pública. Caja y compra de voluntades. Negación de la inseguridad. Desprecio de la política. Autoritarismo o nada.

Corrupción hubo siempre, prosigue adoctrinando la letanía, esta vez en la voz enfática de un profesor de historia con el que llevo años desencontrándome con afecto. Lo que no siempre tuvimos, insiste, fueron dirigentes tan volcados, como ahora lo están los Kirchner, a la causa del pueblo.

No logro disimular mi desconcierto ante esta entusiasta subestimación del delito, la magnitud de la pobreza y la prepotencia. Pero la intransigencia despertada por mi lectura de los hechos recrudece cuando digo que Néstor Kirchner odia la política democráticamente entendida. Que aspira a destruir todos los matices ideológicos que se atrevan a relativizar el alcance de sus propios planteos. Que quiere un parlamento sumiso. Que el pluralismo lo angustia y no sólo lo preocupa. Que únicamente la uniformidad encolumnada detrás suyo lo serena. Que la nueva y próspera aurora con la que sueña exige un dilatado escenario de silencio.

La discrepancia y el hartazgo que solemos provocar los que pensamos de este modo se transforman, por último, en franco rechazo, por parte de mi historiador, cuando le manifiesto que, a mi juicio, los Kirchner nada tienen de auténticos peronistas y sí mucho, por no decir todo, de empresarios del poder. Buscan administrar una estructura vacía de conceptos en la que sólo en minoría subsisten las ideas. Allí se agolpan, en cambio, los gerentes, los subgerentes, los jefes de despacho y una diligente burocracia. Donde ayer importaban ante todo los planes quinquenales y se leía con pasión La comunidad organizada , hoy no se aspira más que a una jugosa rentabilidad personal y a lo sumo corporativa. Lejos de avergonzarlos, el negocio del peronismo entusiasma a los Kirchner y no están dispuestos a dejar que nadie se los arrebate.

Lo fatigo, es evidente. La sensibilidad de mi buen amigo se ahoga en estos planteos, a los que sólo por educación se limita a llamar formalistas. Se incorpora, sin dejar de mirarme severamente. Quiere que advierta tanto su fuerte desacuerdo como su cansancio irremontable. Se niega a que yo pague la cuenta. Mientras lo hace, le digo, abusando ya de su paciencia agotada, que Néstor Kirchner ha sido, en mucho tiempo, el más hábil constructor del hiperpresidencialismo que hoy traba el desarrollo de la República. Cuando me escucha, sonríe. Apoya ambas manos sobre la mesa y repite lentamente, inclinándose hacia mí, la frase que acabo de decir. Pero, al hacerlo, la limpia del pesar con que yo la formulo, y la enuncia con un fervor incontenible. El fervor de quienes estiman como un bien lo que yo, entre tantos otros, considero una tragedia.

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Aniversario de la Fuerza Aérea o la Aviación Militar?

La Fuerza Aérea Argentina festejó ayer 98 años de vida.

Leyendo la historia que está publicada en su página Web oficial, tomo conciencia que en realidad, los orígenes de la aviación militar en este país, es mérito del Ejército Argentino y de la Armada Argentina. Vale la pena leer los nombres y jerarquías de los primeros oficiales que integraron la Escuela de Aviación Militar, fundada un 10 de agosto, motivo por el cual se estableció esa fecha como el Día de la Aviación Militar y no de la Fuerza Aérea. Es importante señalar, que esta Escuela fue la primera de estas características en Latinoamércia. Cuando nuestro país, era una Argentina En Serio.

Fue Perón, en 1944, el que crea el comando en Jefe de la Aeronáutica y en enero de 1945 por Decreto Presidencial, la nueva Fuerza Aérea, que la pone en pie de igualdad con sus pares del ejército y la marina. Al respecto siempre se mencionó que Perón lo había hecho para quitarle peso político a las otras dos fuerzas y tener una, como aliada personal.

Sin embargo, la Fuerza Aérea aparecerá reconocida como una Fuerza Armada de este país, recién con la reforma de la Constitución Argentina, en 1994, durante el gobierno de Menem. Hoy, kirchnerista.

Por ello, no me parece justo que la Fuerza Aérea se apropie de una historia que no le pertenece y, si por razones políticas lo hace, que acepte y reconozca que su nacimiento tiene orígenes militares y navales. Aunque me parece que no les debe hacer mucha gracia.

Mientras tanto, el Ejército y la Armada mantienen su aviación, a pesar de todo.

domingo, 8 de agosto de 2010

Las víctimas del terrorismo

El terrorismo, la más seria amenaza a la democracia y la convivencia internacional, se ha acentuado desde que los países se han organizado en estados que asumen el monopolio del uso de la fuerza en el ámbito de sus decisiones soberanas. El terrorismo elige agredir violentamente a la población civil como una forma de forzar determinadas decisiones en el gobierno de turno.

Un conflicto armado está sujeto a reglas y convenciones militares y reconoce necesariamente dos o más contendientes que deben respetar primordialmente a la población civil, la cual es un tercero ajeno a la contienda. Ese mismo carácter debe respetarse también en las guerras de baja intensidad o guerras civiles. La guerrilla, sobre todo la de carácter rural, podría diferenciarse del terrorismo en la medida que focalice sus acciones sólo en su oponente armado. Pero, cuando recurre a las bombas, al secuestro o al asesinato indiscriminado de civiles se transforma en una organización terrorista, cuyo objetivo es atacar a víctimas inocentes.

En la Argentina de los 70 hubo terrorismo. Lo testimonian las miles de víctimas inocentes y la crónica diaria de la época. El ERP, los Montoneros y otras organizaciones similares cometieron terrorismo. Esto no justifica los excesos y las violaciones a los derechos humanos durante su represión, pero reclama el necesario equilibrio en el juzgamiento histórico de los hechos y de las personas. Este equilibrio no se ha dado y la asimetría de trato se ha acentuado desde 2003. Se anularon las leyes y los indultos que intentaron dejar atrás aquellos sangrientos episodios y enfrentamientos, y se exaltó la lucha armada y a quienes sufrieron abusos del Estado, muchos de los cuales fueron, a su vez, victimarios de inocentes.

Las víctimas del terrorismo en la Argentina reclaman justicia y reconocimiento, a través de una organización no gubernamental, Celtyv (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas). Representada por su presidente, la abogada Victoria Villarruel, quien participó junto con víctimas del terrorismo de 12 países en el VI Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, en Salamanca, España. Allí sostuvo: "En la década del 70, más de 10 organizaciones terroristas eligieron las armas como una opción para llegar al poder, cometiendo más de 21.600 atentados. Más de 16.000 almas, entre muertos y damnificados directos están sin el reconocimiento que merecen. En 26 años de democracia, ninguna ley de reparación a las víctimas se ha promulgado".

Hay denegación de justicia en la Argentina para las víctimas del terrorismo que inician sus causas, y no existen leyes reparatorias, impidiéndoles así ejercer sus derechos humanos y el reconocimiento que como víctimas inocentes deben tener. Esta situación se agrava cuando esos derechos son otorgados a quienes fueron sus agresores, que en el pasado integraron organizaciones terroristas. Tal vez lo más grave sea que las violaciones a los derechos humanos que sufren las víctimas del terrorismo sean realizadas por gobiernos democráticos.

Editorial de La Nación, publicada hoy. Vale la pena recordar lo que aún está pendiente

jueves, 5 de agosto de 2010

La Aviación Civil en tirabuzón


Ayer designaron como responsable de la Administración Nacional de la Aviación Civil ANAC a un tal Alejandro Granados.

El cargo que ocupa es el de la máxima autoridad en materia aviación. Es el que regula, controla y administra todo lo que vuela, incluído los aeropuertos y su entorno: más de 4.200 aeronaves; 8 líneas aéreas; 30 de chartes y más de 1.000 pistas de aterrizaje. Para que quede claro, lo que disponga don Granados, implicarán muchos millones.

Ahora bien. ¿Ud. cree que este personaje -hijo del actual intendente de Ezeiza- es un profesional del área de la aeronáutica o es piloto o conoce de aviones y su problemática? Pues, ya adivinó: lo único que conoce de aviones son los que pasan por arriba de su casa o los que alguna vez utilizó para viajar.

El control de la aviación civil estuvo en manos de la Fuerza Aérea, desde que ésta se creó allá por la década de los ´40, gracias a un decreto de Perón. Durante años, esta Fuerza hizo y deshizo sobre todo aquello que volaba y sus aeródromos. Manejó la política aeronáutica a su gusto y beneficio. Fue, obviamente, una caja muy interesante para los aeronáuticos de uniforme.

Sin embargo, algo que parecía eterno, llegó a su fin. La decisión política de K, más por su repulsión a los uniformados que por otra cosa, hizo algo que mucha gente reclamaba: el manejo de la aviación civil, debía ser administrada por sus propios dueños. Una sabia decisión, desde mi punto de vista.

A partir de allí se tejieron muchas ilusiones porque, por fin, algo iba a cambiar. Se fijaron fechas de traspasos, responsabilidades y, con algunas demoras, se cumplió lo establecido. Y finalmente, todo cambió...como no podía ser de otra forma con los K...para peor.

Su primer director, el ex gobernador de Mendoza, Rodolfo Gabrielli, tampoco conocedor del área le tocó la tarea del traspaso. Camino duro, espinoso y lleno de trampas y zancadillas. Allí comenzaron los problemas del ANAC. Peleas internas y muchas trabas burocráticas de los escalones intermedios. La mezcla militar/civiles no lograba asimilarse, al contrario, parecía la unión entre el vinagre y el aceite.

Un poco por presión de los gremios aeronáuticos y otro poco porque le soltaron la mano, Gabrielli salió volando -vaya paradoja gramatical- de su sillón, para ser reemplazado por este nuevo. Según información que dispongo, Granados no contaría con un currículum sino con un hermoso prontuario.

Así las cosas. El futuro de la aviación civil es negro, a tal punto, que muchos de los que reclamaban la ida de la FAA, ahora están haciendo penitencia y caminando de rodillas a Luján, para pedir perdón y solicitar que todo vuelva para atrás.

Realmente me da mucha pena que se desaprovechen oportunidades para que el país avance y progrese. Pero ese parece ser el estigma K: cambiar todo para retroceder. Avanzar hacia atrás.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Gas que no es gas

Desde hace unos días, estamos notando en casa, que las estufas a gas están calentando menos. El termontanque, no logra alcanzar la temperatura de agua que teníamos antes, con las mismas heladas de siempre.

La comida en el horno tarda más que de costumbre, en alcanzar su punto de cocción.

Las empresas se quejan que les cortaron el gas. La gente que usa garrafas, armó un escándalo porque no se conseguían. ¿Ahora si? Y nosotros que tenemos gas natural, estamos con problemas.

¿Esta es la Argentina seria que pregonan los K? Los años siguen pasando y en invierno tenemos poco gas y en verano poca electricidad.

El gas, no es gas. Definitivamente. Ahora me queda esperar la factura de fin de mes, para saber cuánto tendré que pagar, por un servicio, que tampoco me sirve.