miércoles, 18 de enero de 2012

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domingo, 8 de enero de 2012

Tiroides. Mi experiencia y Cristina

Hace varios años atrás, durante un chequeo anual, mi médico me dijo "tenés algo en la tiroides, andá a ver a un especialista". Y para allí fui.

"Tiene un quiste bastante grande" - me dijo- "vamos a quitar el líquido y vemos como reacciona". Con una jeringa extrajo lo que a mi me pareció una cantidad bastante importante, teniendo en cuenta que yo no había notado nada. "Nos vemos en algunas semanas" me saludó

Algunos días más tarde y ante el mismo profesional, escuché las palabras lapidarias "el quiste volvió a su tamaño original. Tenemos dos opciones: o seguimos extrayendo o vamos al quirófano, Ud. decide" Opté por lo segundo, porque había muy pocas probabilidades de que hubiera algún cambio.

"Estoy casi seguro que es benigno. En la mayoría de los casos es así, pero hasta que no hagamos la biopsia no vamos a tener la seguridad" se despidió este amable médico, luego de darme el nombre del cirujano. "Nos volveremos a ver después de la operación"

De allí en más, viví toda la pre operación (incluído un estricto régimen para adelgazar que me vino muy bien) como en un sueño. En mi cabeza repiqueteaba "estoy casi seguro..."  pero ¿y si no lo era?

El cirujano, un especialista muy atento, me explicó que, en general, se busca extirpar la glándula que contiene el quiste y tratar de salvar la otra parte. (Para aquellos que no conocen o no recuerdan -como me pasó a mi en ese entonces- la tiroides está formada por dos partes ubicadas en ambos lados de la garganta, ver imagen) De esta forma, el cuerpo mantiene un órgano sumamente importante en funcionamiento, aunque sea a la mitad de sus posibilidades, que siempre es mejor que no tener nada. Por supuesto que la Levotiroxina en sus diferentes miligramos, complemente el trabajo natural..

El post operatorio fue muy rápido. A las 24 horas ya estaba en casa y con un aspecto espantoso. Mis hijos me decían Franki por Frankenstein, porque tenía el cuello totalmente inflamado y los hilos de la sutura se asimilaban bastante a los del personaje.

Pocos días después, regresé al médico con el estudio bajo el brazo para que me leyera mi destino. Debo decir que me encontraba muy tranquilo, porque de una forma u otra, mi vida debía continuar. Así me lo había juramentado.

"Estimado Escriba, debo decirle que el resultado dio negativo: el quiste era benigno" -me señaló con una sonrisa de "se lo dije" y agregó - "el cirujano hizo un trabajo excelente, le salvó la mitad de la glándula y el corte se lo hizo en un pliegue, por lo tanto no se va a notar nada. Eso si, a partir de ahora, tendrá un amigo nuevo que se llama Levotiroxina, que lo acompañará hasta el final de su vida." Quedamos en vernos en unos meses para chequear que todo funcionara bien. Apretón de manos y a la calle.

Hace unas semanas atrás, estando en la costa tomando un café en un bar y leyendo un libro, mi señora se acercó agitada y me dijo "¿te enteraste lo que le pasó a Cristina?" y sin dejarme responder me señaló "le detectaron un quiste cancerígeno en la tiroides y la tienen que operar" Debo decir que mi respuesta fue "seguramente alguno escribirá en las paredes "Viva el cáncer" como con Eva. ¿Estás segura?" pregunté. Ella se sentó y comenzó a relatarme lo que había visto en televisión. "Bueno, veremos como sigue todo" respondí y seguí leyendo mi libro.

No seguí los acontecimientos, porque en el lugar donde estaba no había televisión, condición que puse para tomarme esos diás posteriores a Navidad y anteriores al Año Nuevo. Tampoco compré diarios ni accedí a Internet.

Instalado en casa, comencé a ver todo lo que pasaba alrededor de esta noticia. La declaración de nuestra Reina; la escenografía montada con Eva detrás y todo el circo siguiente, incluyendo el traslado al hospital y su actual traslado a Olivos. Ni hablar de la claque -todo armado, obviamente- frente al Austral.

Hoy, me entero que no tenía cáncer y que el quiste era benigno. Varias preguntas vinieron a mi mente:
¿Con cuánta anticipación sabía Cristina que la tenían que operar?

¿Cómo puede ser que el especialista que la vio, no le haya dicho lo que me dijeron a mí?

¿Realmente le dijeron que el quiste era cancerígeno, sin tener el resultado de la biopsia, o le dijeron que posiblemente fuera cancerígeno?
¿Porqué alarmar a la sociedad sobre una enfermedad que no estaba confirmada?

¿Utilizó su supuesto cáncer con fines políticos?

¿Debo pensar que todo este gran circo fue para tapar problemas?


Ahora, Cris, se integra a nuestro Club -que es bastante grande- de los que tomamos la misma pastilla, todos los días. La única diferencia es que todos tuvimos un perfil bajo, sin cámaras, sin alcahuetes en la calle y sin lástima de nadie, excepto de nuestros seres queridos. Que no es poco.

Un comienzo de año extraño. ¿No le parece?