viernes, 29 de julio de 2011

Tiró la toalla

Al final, Don Zapatero adelantó las elecciones y se irá antes. Creo que es una de las poquísimas decisiones, de sus últimos 10 años de gobierno, en las cuales coincido y apruebo.

Nunca fue una persona de mi agrado, porque siempre la consideré como alguien no preparado para cubrir el cargo más importante de una nación, que ocupaba una posición destacada a nivel mundial y que ahora pena por no entrar en default.

Es lo que siempre fue: un resentido ideológico; un progresista de café; un resultado de marketing político que aprovechó un salvaje atentado para ocupar la presidencia. Recordemos que para esa primera elección, se discutía si su oponente del PP, iba a obtener mayoría parlamentaria o no. Luego del atentado de Atocha, las urnas dieron ganador al titular del PSOE. ¿Casualidad? ¿Coincidencia?

Lo que viene, no es un techado de virtudes, pero al menos, tengo la impresión de que serán más serios, responsables y que dedberán sostener una papa muy caliente en sus manos, durante algún tiempo.

Por el bien de España, les deseo lo mejor.

Mal estacionado


¿Se imagina Ud. una situación similar en nuestro país?

miércoles, 27 de julio de 2011

Alberto Fernandez, que no es Anibal, cortó definitivamente el cordón cristinista


Alberto Fernández
Para LA NACION

Señora Presidenta: con más pesar que placer he leído el adelanto de la entrevista que la periodista Sandra Russo ha convertido en el libro La Presidenta. Entre los dichos que se adelantan periodísticamente sostiene usted que el Grupo Clarín ejerció, hace cuatro años, una enorme presión para impedir que usted fuera candidata a presidente , y que yo era, hacia dentro del Gobierno, el "vocero" de esa corporación empresaria.

Ha sostenido también que cuando usted se decidió a promover cambios en el sistema regulatorio de la radiodifusión yo preguntaba con "insistencia" qué era lo que se pretendía hacer al respecto, tratando de obtener información. Según sostiene, en una de las "tensas" conversaciones que, presuntamente, mantuvimos, usted me habría dicho: "Y si al Grupo [Clarín] no le interesa, ¿para qué te hacés problemas vos?". Como dije, leí sus expresiones con pesar. Se trata exactamente del pesar que provoca descubrir la mentira en boca de una persona con quien se ha compartido una etapa central de la vida del país, y también de la propia, y por la que aún se guarda consideración.

Aunque nunca creí que fuera necesario hacerlo, déjeme informarle que no tuve ni tengo vínculos políticos, profesionales o económicos con el Grupo Clarín. De buena fe, usted lo sabe. También sabe, por la relación que alguna vez tuvimos, que jamás me ocupé de defender los intereses de ese grupo económico. Por lo tanto, decir que fui "vocero" de esa empresa en el Gobierno no sólo afecta mi integridad ética, sino que ensucia mucho su propia credibilidad.

Yo ya acompañaba a Néstor Kirchner cuando en el país sólo un escueto 2% de argentinos sabían de él. Confié en sus ideas y en su conducta. Lo ayudé a alcanzar la presidencia de la Nación con toda honestidad y lealtad. Lo hice cuando muchos creían que todo nuestro esfuerzo era en vano. Usted misma, a veces, se reía de nuestra obcecación diciendo que nos habíamos embarcado en una "loca aventura".

Cuando Kirchner me confió la Jefatura de Gabinete , sólo respondí a sus órdenes y no defendí ningún otro interés que no tuviera que ver con sus decisiones y, por supuesto, con el bien común. Si de alguien oficié de "vocero" en ese lapso, fue del gobierno que condujo ese gran presidente que fue su marido. Usted era también protagonista principal de esa etapa. Sabe, por lo tanto, que esto fue así y de ello dieron cuenta todos, absolutamente todos los comunicadores en esa época.

Precisamente, en cumplimiento del rol que me fuera encomendado, y al depender de mí la Secretaría de Medios, tuve que vincularme con todos los medios de comunicación. He tenido así las relaciones tensas que habitualmente se establecen entre el poder y la prensa. Guardo la íntima tranquilidad de haber actuado siempre preservando los intereses que debía representar: los del gobierno que eligieron los argentinos.

Permítame recordarle algunos de esos momentos de tensión, por si los hubiera olvidado. Fui yo el único funcionario que imputó públicamente al diario Clarín el haber llevado adelante una operación periodística contra una secretaría de Estado. Y también fui el único director de Papel Prensa que -sin guantes de boxeo- logró que los socios privados invirtieran más de ocho millones de dólares para combatir la contaminación que la planta fabril causaba en su proceso productivo. Vale la pena recordar que, siendo un abogado recién recibido, yo ya denunciaba la complicidad intelectual de ciertos medios con la dictadura militar que asaltó el poder el 24 de marzo de 1976 y que a algunos de esos personeros los llevé con pruebas ante los estrados judiciales sin otra intencionalidad que no fuera la búsqueda de la verdad.

Su conciencia conoce que con el Grupo Clarín no tuve más relación que la que Néstor Kirchner dispuso que tuviera. Con sus directivos almorcé tantas veces como lo hizo usted y en ninguna de esas ocasiones observé algo impropio. Debe saberlo bien, porque todas las comidas fueron en la residencia presidencial de Olivos y siempre contaron con su presencia. Supe además que, habiendo dejado yo mi cargo en el gobierno nacional, usted siguió frecuentándolos en más de una oportunidad, con lo cual es evidente que nunca necesitó de mí para mantener ese vínculo.

Según dice usted, los directivos del Grupo Clarín le transmitieron directamente a Néstor Kirchner su oposición a la idea de que usted fuera la candidata presidencial. Si así fue, yo ni me enteré. Queda claro, según evidencian sus propias palabras, que en semejantes conversaciones no era necesaria mi presencia. Pese a todo, sí me asombra descubrir que usted no supiera lo que era conocido por todo el Partido Justicialista y la mayoría de los argentinos: que fui yo un sincero impulsor de su candidatura. Miles de testigos e incontables registros gráficos y televisivos confirman esa obviedad. Yo sé que no necesita chequearlos simplemente porque le consta.

Permítame recordarle algo más. La denominada ley de medios fue hecha pública ocho meses después de mi renuncia; fue elevada al Congreso Nacional un año después de mi alejamiento del Gobierno (tras la elección de 2009) y promulgada tres meses más tarde. Hasta donde yo recuerdo, la última vez que cruzamos palabras usted y yo fue justamente el día en que mi sucesor asumió en mi reemplazo. No es verdad que yo estuviera preocupado por esa ley, sencillamente porque en esa época ese tema no estaba en la agenda suya como presidenta y porque tampoco usted mostraba interés en cambiar esa norma. Nunca hablamos sobre la modificación de la ley de medios, simplemente porque usted no la tenía en carpeta.

Los argentinos sabemos de sus cruzadas. Algunos, incluso, la hemos acompañado en muchas de ellas. Créame que no hace falta fabular batallas para parecer heroica.

La novela de George Orwell 1984 transcurre en un Estado en el que existe un "Ministerio de la Verdad" dedicado a manipular o destruir los documentos históricos, para que las evidencias del pasado coincidan con la versión que de la historia quiere imponer el gobierno en cada coyuntura. Tal vez sus aseveraciones pueden entenderse como un intento de trastocar lo ya sucedido y construir una historia que, acomodada a sus actuales conveniencias, le haga más llevadero aquello que le resulta difícil de explicar.

Yo sé bien que usted cree en la necesidad de construir un relato propio sobre la realidad que ampare el mundo dual en el que vive. Seguramente por eso trate de emularlo a Orwell. Pero a mí difícilmente me convenza. He sido un testigo privilegiado de ese tiempo y no voy a poder dar por cierta la historia novelada que nos propone como verdad absoluta.

A diferencia de usted, suelo observar el pasado con la mayor asepsia. Sólo de esa manera logro hacer fructíferas las experiencias que ofrece la historia, aun cuando parezcan muy dolorosas.

Hubiera preferido no leer sus quimeras y hubiera preferido no tener que hacer públicas estas aclaraciones. Pero un viejo adagio popular enseña que el que calla otorga, y yo no quiero dar pie a que mi silencio haga parecer consentidas sus ficciones.

Además, también es necesario advertirle a usted sobre sus desaciertos, aunque no le guste que así se haga. No es bueno estigmatizar a ciudadanos con falsedades. Mejor es hacer frente a la verdad, con las buenas y malas cosas que ella nos ha deparado. Siempre la verdad es mejor para ejercer el gobierno y también para la calidad de nuestra democracia.

lunes, 25 de julio de 2011

¡Cómo duele! (segunda parte)

Afiches pegados en Santa Fé, una hora posterior al cierre de los comicios

La derrota del kirchnerismo era previsible. Lo que nadie tenía en mente es que quedaran en tercer lugar y a tanta distancia del resto. Los socialistas al borde del infarto. Creo que parte de esta paliza, es responsabilidad directa de doña Cris, después de su discurso insultante para los locales, cuando participó de la inauguración de una planta eléctrica.

Nuestra reina y su corte de bufones ¿habrán tomado nota que la mayoría no los quiere?

Ahora viene la segunda vuelta en Capital, a pesar del show de las denuncias. Se comenta que habrá mucho voto en blanco, que obviamente favorecerá a Macri en el porcentaje del resultado final.

¿Tomará conciencia el gobierno que su problema principal sigue siendo el ataque al campo, la crispación, la soberbia y prepotencia? ¿Aprenderán que Cristina asumió su gobierno con una mayoría en contra? ¿Entenderán que la gente no es idiota y que no come vidrios? ¿Aceptarán que deben gobernar para una mayoría y no para algunos amigos?

Yo creo que no.

martes, 19 de julio de 2011

Niñas de Ayohuma

Artículo publicado por Jorge Asís en su portal.

“Te alejaste mucho de la playa, Santiago”
De “El viejo y el mar”. Hemingway

Aunque compitan, y personal y políticamente se detesten, las señoras Hebe de Bonafini, de Madres, y Estela de Carlotto, de Abuelas, participan también del destino similar.
Quedaron estampadas. Enredadas. Penosamente incendiadas, en la debacle estremecedora del kirchnerismo que abrazaron.
Con excesos de sobreactuación, ambas damas arrastraron a sus respectivas organizaciones.

El fenómeno del kirchnerismo las legitimó. Hasta celebrarlas.
La recíproca utilización alcanzó momentos memorables. Confesiones melodramáticas ante el pleno de las Naciones Unidas. Finales grandilocuentes de actos masivos, entre lluvias de papelitos brillantes.


.
Niñas de AyohumaLa atmósfera de jolgorio cedió al turno de la tristeza patética. Inesperadamente previsible.
Ceremonias de hundimiento, entre el lodo del prestigio desperdiciado.

Atributos

“El kirchnerismo, si lo dejan, es capaz de corromper hasta a Las Niñas de Ayohuma”.

Si se lo deja, el kirchnerismo no vacilaría en demoler, por asuntos de “lesa humanidad”, los atributos morales del Sargento Cabral.
Puede demoler -si lo dejan- hasta la gloria inocentemente efímera de El Tamborcito de Tacuarí.
Atributos, para la banalización, agotables.

La problemática de los derechos humanos, tomada como “causa de estado”, fue manipulada groseramente. En el peor sentido.
La impostura culmina con las dos principales referentes, Bonafini y Carlotto, entre llamaradas.

Bonafini

Niñas de AyohumaEmblema unánime de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini hoy tiene, en la hoguera, que dar explicaciones. Como cualquier vecina. Ante los estrados judiciales. Más grave aún, ante la sociedad.
Por el dispendio orgiástico de los fondos públicos. Los millones desviados de su expansiva inmobiliaria.

Protagoniza, la pobre luchadora, la parábola indeseable.
En la plaza de los jueves valientes y mejores, las protestas de los proletarios componen la imagen del fracaso estratégico.
Marca el anticipo del epílogo. El desenlace terrible del gobierno que las indujo, y las condujo, hacia las tentaciones del error.
Al horror de haberlas apartado, a las Madres, de la hegemonía ética. Para transformarlas, también, en “dobles víctimas”.
De los excesos de la represión del pasado, primero, que les arrancó a sus hijos.
Y de los excesos, después, de la reparación del presente.
En nombre de la reparación de aquel pasado. Pero transformado por la calculada mezquindad de un planteo político.

Niñas de AyohumaNo están preparadas, las viejas luchadoras, para responderle, a la sociedad, acerca de las audacias financieras de los negociados.
Ellas tienen que ver con la enumeración de los dolores. De ningún modo con la rigurosidad de los balances.
Fueron, probablemente, estafadas. En su buena, incluso en su tonta, fe (debe arrojarse la mugre, por conveniencia interpretativa, hacia los hermanitos Schoklender).

Pero la tontería nunca es pretexto para evitar la asunción de las responsabilidades. De las culpas.
Curiosamente, es la especialidad -responsabilidades y culpas- que ellas reclaman. Para sus adversarios.
Eran los únicos que debían rendir cuentas. Pagar (con cárcel) por ellas.

Hoy persisten mil presos. Hay mil familias silenciadas. Arrastradas. Padecen, también, por los efectos residuales de las barbaridades del pasado.
“Dobles víctimas” (cliquear). Son prendas descartablemente olvidadas.

Niñas de AyohumaMientras tanto otras mujeres, de la vereda contraria, profundizan, entre la indiferencia general, los riesgos de la misma parábola.
Con los cambios cíclicos del desencanto, y de profundizarse el circuito de la declinación, no debe extrañarse que, en un lapso relativamente breve, los presos de Marcos Paz también vayan a salir. Sin la euforia popular de aquellos presos políticos de Villa Devoto, de (casi) cuarenta años atrás.
Como los otros viejos. Culpables olvidados que se consumen con lentitud. En la espera domiciliaria de salir, otra vez, hacia la calle.

Carlotto

Estela de Carlotto, de las Abuelas de la misma Plaza, queda, a su manera, también estampada en el desprestigio.
Niñas de AyohumaSu caso dista de ser inmobiliario.
Ella atraviesa la etapa de la adversidad por haberse habituado al rol de mascarón de proa.
De vanguardia frontalmente consciente, en el frente más sensible de La Guerra de los Convalecientes (cliquear).


Es por el divorcio, en los horribles términos, del extinto Néstor Kirchner, o el Gobierno (que en la Argentina es el Estado), contra su otrora aliado Héctor Magnetto, o sea el Grupo Clarín.

Durante el lustro de “parejita feliz” (2003-08), el tema de los hijos adoptados, de la señora Ernestina Herrera de Noble, no registró la menor gravedad. Ni siquiera alcanzó atisbos de trascendencia.
El novelón de los hijos treintones, Marcela y Felipe, los “chicos” (aquí llamados “los grandulones”) estuvo determinado por los tramos emocionales de la relación política entre Kirchner y Magnetto (que fueron heredados, ya sin la menor posibilidad de afecto, por Cristina).
A propósito, el Juez Tito Marquevich fue oportunamente estampado contra el paredón del agravio. Cuando, por la misma causa, dictaminó la detención de la señora Ernestina. Pero eran las vísperas del noviazgo.

Niñas de AyohumaCuando Kirchner y Magnetto dejaron de componer la parejita visionariamente gay, el tema de los grandulones comenzó a adquirir mayor dramatismo. Prioritaria relevancia. Para transformarse en el frente más efectista de La Guerra de los Convalecientes.
Aquí emergió Carlotto, como mascarón. Para ir al frente con los desempolvados argumentos de vanguardia. Con el capital personal de su magnitud ética, que ponía conscientemente en juego.

Mientras tanto la desgastaban, con los abrazos de Maradona, los aplausos de la Televisión Pública y las tentaciones de ungirla como Premio Nobel. En el medio de una guerra (un divorcio) no convencional. Donde la verdad se reducía a la mera relatividad. Sujeta a las pasiones de los contendientes.
Hoy, con su rostro atormentado, Carlotto produce cierta compasión. Sobre todo cuando comparte, en su catarsis ante la prensa complaciente, también golpeada, el infortunio de sus impresiones. Cuando enumera sus sospechas. Relativas al abrupto cambio de estrategia del abogado de Ernestina, el doctor Gabriel Cavallo. Decidido, en conjunto, con el abogado de “los chicos”, Jorge Anzorreguy.
El acierto precipitó, aunque no lo reconozcan, el desmoronamiento de la causa tan manoseada.

La playa

Niñas de AyohumaLos proletarios que le reclaman, a Hebe, por los sueldos atrasados, por los aportes jubilatorios desviados, expresan que eran obligados a marchar. En la columna de las Madres, en los actos oficiales. Así exageren, o incluso mientan, los proletarios estafados agigantan, en el esplendor de la debacle, la imagen desolada de la decepción. El anticipo de la caída.
Los oportunos referentes que sensatamente le reclaman, a Estela (y a Cristina), el desagravio de Ernestina (La Apropiadora), marcan otra severa derrota del kirchnerismo.
Algo peor, un triunfo del desgastado Grupo Clarín. En la penúltima batalla de La Guerra de los Convalecientes.

Cuesta el regreso. Aceptar la idea del fracaso.
Haberse dejado arrastrar, en exceso, por las imposturas del kirchnerismo. Ataviado, hoy, de cristinismo.

Como le costó a Santiago, el pescador de El Viejo y el mar. Que también se había alejado mucho de la playa, y ya tenía el bote rodeado de tiburones.


Como complemento vale la pena leer este diálogo "Fuerte cruce entre Carlotto y Leuco" publicado en La Nación y este "Usted me ha decepcionado: carta abierta a Estela de Carlotto" de Tribuna de Periodistas.

Estoy seguro que, si fuera K, diría que es una campaña de los medios de prensa. Es decir, lo de siempre, matar al mensajero y esconder la cabeza bajo la tierra, como el avestruz.

sábado, 16 de julio de 2011

Consulta del Padrón




Ingresando aquí podrás consultar en donde votar en las primarias del 14 de agosto.

Es otra gentileza del Escriba, para sus fieles lectores.

viernes, 15 de julio de 2011

Página/12 también mintió en las encuestas

Artículo publicado en el sitio Tribuna de Periodistas, que no tiene desperdicio.

"No solo las encuestadoras engañaron a la opinión pública

Página/12 también mintió en las encuestas

Según mencionó el sitio Opinión&Medios, el diario oficialista Tiempo Argentino no fue el único medio que manipuló encuestas a favor del candidato a Jefe de Gobierno porteño Daniel Filmus, ya que otros amigos de la corporación mediática estatal, también fueron funcional al gobierno cristinista en el marco de esas elecciones.

En este caso le tocó a Página/12 defender los trapos sucios de los comicios porteños.

El 19 de junio pasado y con la firma del todoterreno escriba, Raúl Kollman, el matutino tituló: “Cabeza a cabeza.” Y en el copete: “Macri aventaja a Filmus por unos seis puntos, pero en el casi seguro ballottage la brecha se reduce. Una situación todavía estable con sorpresas en el desglose de votantes.”

¿Se equivocaron todas al mismo tiempo las encuestadoras oficiales y algunos “periodistas militantes”, o mintieron deliberadamente a la opinión pública para sembrar una diferencia que se sabía nunca existió?




Para responder esta pregunta tal vez sea dable mencionar lo sucedido anoche en el programa semanal que Clara Mariño y Eduardo Serenellini tienen en Canal 26, donde la periodista contó una conversación off the record entre un encuestador “oficial” y uno privado en que el último le pregunta al primero cómo pudieron haber tantos puntos de diferencia con respecto a Filmus y Mauricio Macri entre las encuestas alineadas al gobierno nacional y las privadas, siendo que ni siquiera acertaron medianamente en sus estimaciones. Mariño, sin hacer mención a nadie en particular contó que el encuestador K le respondió: “Vos quedáte con tu dignidad que yo me quedo con mi facturación”.

La nota original fue eliminada del sitio web de Página/12 y no es posible ver la copia guardada en caché de la misma, ya que ese matutino paga un servicio especial a Google para que una vez dado de baja un artículo, la copia no quede almacenada.

Tribuna de Periodistas"

Para completar este trabajo, lo invito a visitar este sitio y verifique quién es quién en el mundo de las encuestas. Téngalo en cuenta para el futuro.

martes, 12 de julio de 2011

¡Cómo duele!


No pasaron 48hs del resultado de las elecciones, cuando algunos personajes comenzaron a despotricar en contra de los resultados, sin mencionar que para Filmus "hubo mucho para festejar"

El payaso de Anibal inició el mismo lunes, a primera hora, su diarrea dialéctrica en contra de...los medios (La Nación y Clarín) y los ciudadanos porteños. Parece que somos todos estúpidos e impresentables.

Hoy, nos enteramos que Don Fito escribió una columna en el Boletín Oficial -léase Página 12- en donde, según él, "le da asco la mitad de buenos aires", nota que seguramente escribió en su residencia de Palermo (Comuna 14, en donde el Pro obtuvo un 54% contra 21% del FPV). Me pregunto porqué vive entre tantos indeseables y no se vuelve a su Rosario natal.

Para no quedar afuera, el filósofo devenido Director de la Biblioteca Nacional -se acuerda, el que quería vetar la conferencia de Vargas LLosa- Don Gonzalito expresó que ganó "una ideología tacaña y egoista."

Con estos voceros, en el ballotage, Macri debería ganar por el 90%

La verdad es que estoy shockeado. Estaré tan equivocado o ¿estos personeros de la derrota tienen actitudes fascistas? ¿Quién tiene la altura moral suficiente para juzgar la votación de otros que no piensan como ellos? Esto es el kirchnerismo en su expresión más pura y real.

Evidentemente no leyeron los resultados: el PRO ganó en todas las comunas y por afano. Eso significa que hasta en los lugares más humildes, el proyecto K perdió. Pregunto: ¿quienes son los culpables? ¿No será que el oficialismo nacional no presentó una oferta tentadora al electorado local?

Mi felicidad es inmensa, no porque Don Mauricio haya obtenido el 47%, sino porque el proyecto K que querían traer a la CABA, chocó contra una pared de hormigón...y...¡cómo duele!

lunes, 4 de julio de 2011