miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Estado impone su propia épica


Por Luis Alberto Romero

Un reciente decreto creó el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. De sus fundamentos se deduce que el Estado argentino se propone reemplazar la ciencia histórica por la epopeya y el mito.

El mito y la epopeya están en la prehistoria del saber histórico. Los mitos explicaban el misterio y el papel de lo divino; los relatos épicos exaltaban la acción de los héroes, entre divinos y humanos. La historia se ocupó, simplemente, de los hombres, y trató de entenderlos basándose en el razonamiento y la comprobación. En la Antigua Grecia, Herodoto y Tucídides fundaron la historia como ciencia y dejaron en el camino mitos y héroes. A mediados del siglo XIX, Wagner recurrió al mito y a la épica, pero sus óperas se representaban en los teatros; en las universidades estaban los historiadores tan notables como Mommsen.

Más o menos así estamos hoy en la Argentina. No tenemos ópera, pero hay abundantes cantantes, poetas y escritores de mitos y epopeyas, que conquistan la fantasía de su público. Los historiadores, por su parte, trabajan en las universidades y en el Conicet.

El Estado tiene otra idea: la épica debe ocupar el lugar de la historia. La tarea que le encomienda al Instituto de Revisionismo es rescatar y valorar la obra de los héroes fundadores de nuestra nación, sistemáticamente ignorada por la "historia oficial". Nadie se sorprendería si leyera esa propuesta en los escritos de Pacho O'Donnell, presidente del nuevo instituto. Su pluma y su verba son familiares. Lo insólito es que una prosa tan idiosincrática sea asumida, sin correcciones ni matices, por el Estado nacional a través de un decreto firmado por la Presidenta, el jefe de Gabinete y el ministro de Educación.

El decreto amonesta severamente a los historiadores. Obnubilados por el "liberalismo cosmopolita", abandonaron su misión -la reivindicación de los héroes patrios- y ocultaron la gesta de las grandes personalidades identificadas con el ideario nacional y con las luchas populares. Entre otros héroes olvidados se encuentran personajes como San Martín, Rosas, Yrigoyen, Perón y Eva Perón. También son culpables de haber olvidado el aporte de las mujeres y, sobre todo, la contribución de los sectores populares a estas luchas. Al nuevo instituto se le pide que elabore una reivindicación de los auténticos héroes, con la salvedad de que debe hacerse mediante un saber científico riguroso, ausente de la investigación histórica actual.

Los historiadores profesionales vivimos en el engaño. Creímos que la investigación histórica científica y rigurosa se había consolidado en las universidades y el Conicet. Computamos como hechos positivos no sólo la excelente formación profesional, sino la ampliación de nuestros temas, inclusive -entre tantos otros-, los referidos a las personalidades mencionadas. Nos enorgullecimos de haber superado viejas controversias esterilizantes. Acordamos que no existen verdades únicas ni definitivas y que el nuestro es un conocimiento en revisión permanente. No se si efectivamente lo logramos. Pero lo cierto es que hoy hay una enorme cantidad de historiadores excelentes y altamente capacitados, que se han formado y han sido examinados en sus capacidades por las rigurosas instituciones del Estado argentino: sus universidades, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas o la Agencia Nacional de Investigaciones.

Creímos que retribuíamos al Estado lo que hizo por nuestra formación con buena historia, reconocida en todo el mundo. Pero a través de este decreto, la más alta autoridad nos dice que ha sido un trabajo vano, y que sus instituciones académicas y científicas han fallado. Todo lo que hemos hecho es historia "oficial", y, peor aún, "liberal".

El decreto también se ocupa del conjunto de los ciudadanos. Les advierte sobre los riesgos de las ideas equivocadas sembradas por los enemigos del pueblo. Los previene acerca del pernicioso relativismo del saber. Sobre el pasado -así como sobre el presente- hay una verdad, que el Estado conoce y que este instituto contribuirá a inculcar. Para ello se ocupará de la correcta educación de los docentes y los vigilará para que no recaigan en el error. Podrá además cambiar los nombres de las calles y las imágenes de los billetes, monedas y estampillas; crear museos y lugares de memoria, establecer nuevas celebraciones y, en general, promover la difusión de estas ideas a través de cualquier medio de comunicación. En estos prospectos, inquietantemente totalitarios, se dibuja una suerte de orwelliano Ministerio de la Verdad, del cual ya hemos visto algunos adelantos en la cuestión de la llamada "memoria del pasado reciente". (nota del Escriba: para los desmemoriados, George Orwell escribió la novela 1984, en donde figura este Ministerio, cuyo objetivo es manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado. ¿No le suena conocido?)

El revisionismo histórico, cuya tradición se invoca en este decreto, merecía un destino mejor. En esa corriente historiográfica militaron historiadores y pensadores de fuste. Julio Irazusta desarrolló una bien fundamentada defensa de Juan Manuel de Rosas, con sólida erudición, aguda reflexión y una prosa refinada. Ernesto Palacio dejó una Historia de la Argentina bien pensada y provocativa. José María Rosa, quizá más desparejo, tiene piezas de preciso conocimiento y convincente argumentación. Ellos y sus seguidores, como todos los buenos historiadores, cuestionaron las ideas establecidas, provocaron el debate y aportaron nuevas preguntas. Sobre todo, formaron parte de una tradición crítica, contestataria, irreverente con el poder y reacia a subordinar sus ácidas verdades a las necesidades de los gobiernos.

Quienes hoy hablan en su nombre impresionan por su mediocridad. El decreto los califica de "historiadores o investigadores especializados", capaces de construir un conocimiento "de acuerdo con las rigurosas exigencias del saber científico". Pero ninguno de ellos es reconocido, o simplemente conocido, en el ámbito de los historiadores profesionales. De los 33 académicos designados, hay algunos conocidos en el terreno del periodismo, la docencia o la función pública. Dos de entre ellos, Pacho O'Donnell y Felipe Pigna, son escritores famosos. En mi opinión, entre ellos hay muchos narradores de mitos y epopeyas, pero ningún historiador. Nada comparable con los fundadores del revisionismo.

Estos epígonos del revisionismo comparten con sus predecesores ciertos rasgos, disculpables en quienes reunían otros méritos. Uno de ellos es la idea de la conspiración. Los "vencedores" han mantenido oculta una historia verdadera, que ellos revelarán. Lo que hemos leído muchas veces a propósito de Rosas y de otros se aplica hoy a Manuel Dorrego, cuyos méritos enumera el decreto. A los historiadores siempre nos asombra este permanente descubrimiento de lo ya sabido. Personalmente, hace cincuenta años ya aprendí todo eso con Enrique Barba y Tulio Halperín Donghi. Desde entonces, aparecieron abundantes trabajos académicos, algunos brillantes, que están al alcance de cualquiera que se tome el trabajo de buscarlos.

La retórica revisionista, sus lugares comunes y sus muletillas, encaja bien en el discurso oficial. Hasta ahora, se lo habíamos escuchado a la Presidenta en las tribunas, denunciando conspiraciones y separando amigos de enemigos. Pero ahora es el Estado el que se pronuncia y convierte el discurso militante en doctrina nacional. El Estado afirma que la correcta visión de nuestro pasado -que es una y que él conoce- ha sido desnaturalizada por la "historia oficial", liberal y extranjerizante, escrita por "los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX". Los historiadores profesionales quedamos convertidos en otra "corpo" que miente, en otra cara del eterno "enemigo del pueblo".

En nombre del pueblo, el Estado coloca, en el lugar de la historia enseñada e investigada en sus propias instituciones, a esta épica, modesta en sus fundamentos, pero adecuada para su discurso. Más aún, anuncia su intención de imponerla a los ciudadanos como la verdad. Quizá sea el momento de que, en nombre del pueblo, se le diga a quien encabeza el Estado que hay cosas que no tiene derecho a hacer.

El autor, historiador, es investigador principal del Conicet/UBA

martes, 29 de noviembre de 2011

No es hora de llorar, sino de arreglar el lío que armaron


Es un poco largo, pero vale la pena. Bien por don Cacha

La semana pasada, en un discurso que dio Cristina Fernández inaugurando un hangar reciclado, embistió contra los sindicatos de Aerolíneas Argentinas y, en alguno de sus párrafos, llorando, dijo que por momentos el cuerpo no le daba para afrontar los problemas y que igual tenía que poner su mejor sonrisa a pesar de la desgracia que había sufrido en lo personal y seguir adelante.

Uno puede comprender el dolor de perder a un ser querido, pero me parece que es importante recordarle a la presidente que no es ella sola la que ha perdido a un ser querido. Muchas personas, gente común, pierden a sus hijos, parejas, familiares, etc. en medio de la violencia por la inseguridad dada la ausencia del Estado en esta materia, e igual tiene que seguir adelante. ¿Cuánto tendría que llorar Carolina Piparo que recibió un disparo de unos delincuentes y le mataron al hijo que llevaba en su vientre, luego de salir de un banco para retirar el dinero que habían ahorrado para comprarse una casita? Y encima Néstor Kirchner hizo, en su momento, una cuestión política del caso cuando le espetó públicamente a Scioli que le hubiese dicho al esposo de Carolina que tenía las manos atadas. No es cuestión de hacer un ranking de quien sufre más. Pero la realidad es que Néstor Kirchner murió construyendo poder político y Carolina Piparo perdió al hijo que llevaba en el vientre porque la política no da respuestas a la seguridad de la gente.

Todos tenemos nuestras pérdidas e igual, cada mañana, nos levantamos para encontrarle la vuelta para tratar de vivir. Es más, no solo perdemos a nuestros seres queridos y seguimos adelante, sino que, encima, tenemos que luchar con todas las trabas que nos pone el gobierno de Cristina Fernández. Luchar contra la inflación que el gobierno se niega a reconocer, las trabas de Moreno, la presión impositiva asfixiante, la confiscación de nuestros ahorros en las AFJP e infinidad de cuestiones con las que el gobierno nos complica la vida diariamente. De manera que, aceptando el dolor de la presidente por haber perdido a su esposo, no es ella la única que tiene una pesada carga laboral ni la única que ha perdido a un ser querido.

En todo caso, si hoy tiene muchos problemas, es porque ella y su fallecido marido los generaron. Por citar un solo ejemplo, Cristina Fernández embistió contra los sindicatos que paralizan a Aerolíneas Argentinas con huelgas. Pregunta, ¿qué hizo su gobierno cuando los piquetes de Moyano impedían la salida de algunos diarios? Bien reza el dicho popular: el que siembra vientos, cosecha tempestades. De manera que, en mi humilde opinión, así como cada uno de nosotros llevamos adentro la pérdida de nuestros seres queridos y aún así seguimos adelante a pesar de las trabas que nos pone el gobierno con sus arbitrarias medidas, Cristina Fernández debería dejar de llorar en público, guardarse su dolor para cuando está sola, y dedicarse a arreglar los líos que hicieron en estos 8 años y medio.
Porque, en definitiva, si hoy hay problemas de inflación, corrida cambiaria, una economía que tiende a desacelerarse, problemas fiscales y tarifazo en puerta, es todo consecuencia de haber generado un auge artificial de consumo, subordinando la economía a las necesidades políticas de construcción de poder. Ejemplo, hoy nos venden la eliminación de los subsidios como un hecho de justicia. Si tan justa y equitativa es la medida, ¿por qué no la anunciaron antes de las elecciones para conseguir más votos de los que tuvieron? La realidad es que lo que nos venden como una cruzada contra la injusticia de subsidiar a quienes viven en Barrio Parque y Puerto Madero, aquí se viene un tarifazo que superará los límites de ambos barrios porteños, algo que la gente percibe y que hubiese sido letal anunciarlo antes del 23 de octubre.
Pero el problema de las tarifas de los servicios públicos es solo una parte de un problema mayor. Y aquí voy a disentir con algunos colegas economistas que suelen afirmar que la economía argentina no está tan mal y que los problemas que hoy tenemos son generados innecesariamente por el gobierno. Mi visión es muy diferente.
En efecto, si bien puedo aceptar que hoy con una soja aún en U$S 400 la tonelada, poner la economía en orden sería menos traumático que con una soja en U$S 160, lejos estamos de tener un economía sana y solo con problemas que genera innecesariamente el gobierno. Por el contario, los supuestos problemas innecesarios que genera el gobierno son intrínsecos al modelo, que fue acumulando un problema atrás de otro. Para decirlo de otra manera, el problema que hoy genera el gobierno es para “resolver” el lío que armaron ayer. Si alguna definición le cabe al modelo es que cada mañana los funcionarios se levantan para ver cómo solucionan el lío que hicieron la noche anterior.
¿Por qué salió el gobierno a perseguir a quienes compran dólares? Porque por un lado lo hicieron artificialmente barato en términos reales. ¿Por qué? Porque el BCRA no paró de generar inflación emitiendo moneda a tasas crecientes al tiempo que pisaba el tipo de cambio. Es decir, el problema del tipo de cambio real lo generó el mismo gobierno con su política inflacionaria. Al mismo tiempo, al caer el tipo de cambio real, las importaciones subieron aceleradamente, se achicó el saldo de balance comercial, y ya no sobran dólares para financiar la fuga de capitales que fue una constante en el gobierno kirchnersita. ¿Por qué hay fuga de capitales? Por el dólar barato y por las inclinaciones confiscatorias del gobierno. En vez de reinstaurar la confianza al problema de la fuga de capitales, la “solución” fue perseguir a los que compran dólares y paralizar las importaciones, aumentando el pánico en la población. Encima, al frenar las importaciones, muchos sectores tienen problemas para producir, porque no pueden importar insumos.
¿Por qué tienen un déficit fiscal que aumenta permanentemente? Porque incrementaron demagógicamente el gasto público. Claro, ahora que la plata ya no alcanza para financiar más gasto, se viene el ajuste con tarifazo disfrazado de cruzada patriótica para ver quién es el primero en presentar la planilla para renunciar a los subsidios.
¿Por qué en su momento confiscaron nuestros ahorros en las AFJP? Porque hacía falta caja y “vendieron” la medida como una recuperación de las jubilaciones.
¿Por qué el BCRA tiene serios problemas patrimoniales? Porque le vacían las reservas para tapar los baches fiscales. Es decir, cada nuevo problema es un parche para tapar el lío del día anterior.
Nadie puede sostener que la economía argentina no tiene mayores problemas cuando el tarifazo, que era inevitable, supera los niveles del rodrigazo de 1975. Como tampoco nadie puede decir que la economía está sana cuando el gasto público ha llegado a niveles récord y hay déficit fiscal a pesar de la feroz presión tributaria que soportamos. Si se dejara de aplicar el impuesto a las ganancias sobre utilidades ficticias generadas por la inflación, ¿alguien piensa que sería fácil solucionar el problema fiscal? ¿Alguien puede creer que es fácil bajar la inflación de los niveles actuales sin conflictividad social? Yo diría que sería más sencillo enfrentar una hiperinflación porque la gente pide a gritos que alguien haga algo, a dominar esta inflación que le hizo creer a la gente que el modelo, mágicamente, permitió escalar a niveles de consumo impensados sin necesidad de invertir.
En definitiva, los problemas que genera el gobierno no son innecesarios, son consecuencia de la dinámica del mismo modelo intervencionista y estatista, porque creen que la ley de la oferta y la demanda, puede ser dominada a las trompadas y con la policía en la calle. Y de tantas trompadas, amenazas y presiones de funcionarios, hemos llegado a una montaña de problemas que hoy empiezan a surgir todos juntos.
Por eso, insisto, ya no es hora de llorar. Cada uno tenemos nuestros propios dramas personales como para estar dando lástima a cada uno que se nos cruza por la vida. Así como cada uno de nosotros nos hacemos cargo de nuestros problemas y, encima, el Estado nos complica más la vida, es hora de dejar de llorar y hacerse cargo de tanto lío económico y descontrol social que generaron.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Pensamiento filosófico K


“Yo quiero decir­les que muchas veces siento que no me da el cuerpo, muchas veo a mis hijos mal, y sin embargo, tengo que salir y poner la mejor son­risa y dar espe­ran­zas e ilu­sio­nes y expec­ta­ti­vas a todos los argentinos” Cris­tina Kirchner

Es decir, vender buzones, que gran parte del 54% de los electores que la votaron, compraron.

El tarifazo más lindo del mundo, obra maestra del relato kirchnerista


"Ya no se dice "ajuste". Y ni qué hablar de "tarifazo". Eso era antes, cuando la Argentina estaba en manos de gente insensible que gobernaba sólo pensando en su propio provecho.

No como ahora, que todos los
ministros renuncian a que el Estado les subsidie la luz, el gas y el agua. Porque durante el gobierno anterior... Buena pregunta: ¿por qué ahora los subsidios son malos y los ministros renuncian a ellos y no renunciaron antes, cuando ya eran ministros y desde el 2003, cuando los Kirchner llegaron al poder, los servicios públicos están subsidiados?

Qué importa eso. No es hora de preguntas insidiosas propias de la prensa canalla y destituyente.

En Cristilandia, lo que hay son necesarios y urgentes sinceramientos. Y si alguien el 23 de octubre votó inspirado en la capacidad de consumo de la clase media, que vaya pensando en que ya nada será igual porque la Patria así lo demanda.


Los Kirchner han sido verdaderos maestros de la construcción de relatos, como les gusta decir.

Convirtieron el hecho de pagarle todo cash al FMI
en un acto revolucionario sólo comparable a lo que en estas páginas hemos dado en llamar "ajuste progre", primero, y ahora "tarifazo cool".

Desde Cavallo no veíamos algo así en lo económico. Y acaso quieran convencernos de que no habíamos vuelto a verlo en lo político desde que las damas mendocinas donaron sus joyas para la causa sanmartiniana.


Pago contento, general. Hemos batido al enemigo."

Por Edi Zunino, Perfil

lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Una luz en el horizonte español? Zapatero ampliamente derrotado


Finalmente y como todo lo hacía presumir, Zapatero fue ampliamente derrotado y su paupérrima gestión le otorgó al PP, Mariano Rajoy, la mayoría en el Congreso. Su "modelo" fundió al cuarto país industrial mundial en menos de ocho años.

El diario El País, que otrora fuera un ferviente defensor, en muchos casos de lo indenfendible, de Don ZP, hoy le soltó la mano. Es que, con los números de la elección en mano, no les quedó otro remedio. Ya no dice el dicho: "La victoria tiene 100 padres. La derrota es huérfana"

Zapatero, destruyó España. Claro que, la situación mundial simplemente aceleró los tiempos de lo que era previsible. A diferencia de los K, quienes tuvieron una mejor suerte, aunque parece que ahora, se les terminó.

Rajoy tendrá mucho trabajo y problemas. La derecha española siempre se caracterizó por hacer gobiernos ordenados pero poco populares. Al menos, es una persona que a priori aparenta tener una formación más sólida que el presidente saliente.

La buena noticia es que el PSOE estará algún tiempo fuera de programa. La mala, España está al borde del precipicio. Espero que la cordura y la responsabilidad de los dos principales partidos políticos esté a la altura de las circunstancias. Caso contrario, nuestra querida España sufrirá una pesadilla que repercutirá en todo el planeta. Incluídos nosotros, aunque nuestra reina y su corte, lo nieguen.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El Escriba cultural: hoy Teatro


Después de mucho tiempo de espera, pude conseguir entradas para ver TOC-TOC. La verdad es que la espera valió la pena.

Para algunos, el nivel de insultos puede ser excesivo (dichos por uno de los enfermos solamente), pero la obra en su conjunto es delirante, divertida y muy entretenida. Si todavía no pudo ir, vaya. No se va a arrepentir.

La califico con 4 escribas (siempre considerando de 1 a 5, siendo esta última el tope máximo.

En You Tube hay varios subidos que no le hacen favor. Aquí va una pequeña reseña de la obra:
"La comedia más obsesiva y divertida de todas, del reconocido autor francés Laurent Baffie, se estrena en la calle Corrientes. Seis personajes que padecen trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) se encontrarán y se conocerán en la sala de espera de un afamado psiquiatra con el fin de solucionar sus problemas. El psiquiatra nunca acudirá a la terapia y serán ellos los que tengan que llegar a sus propias conclusiones. Mauricio Dayub, María Fiorentino, Daniel Casablanca, Melina Petriella, Eugenia Guerty y Diego Gentile estarán bajo la dirección de Lía Jelín."

domingo, 6 de noviembre de 2011

Otra realidad que viene asomando

Así como aquí, tenemos a "Lassie" Moreno que no cree en las reglas del mercado y estamos hablando de la simple fórmula oferta-demanda, porque él supone que es todo mentira y que todo puede imponerse (y así nos va), en Cuba, hace años que el régimen castrista viene imponiendo su propia regla.

De la misma forma que no se puede luchar contra la naturaleza, porque tarde o temprano ella ganará, los Castro en el ocaso de sus vidas, están siendo derrotados por la realidad que siempre ocultaron a su gente.

Así como liberaron el uso del dólar, el uso de los teléfonos celulares, la compra/venta de autos, ahora le llegó el turno a los inmuebles. Claro que, todavía existen un sinfín de interrogantes que no se aclararon.

Vale la pena leer este post de Yoani Sanchez para tomar conciencia de lo que es ese "paraiso" cubano que la progresía local tanto defiende, pero que no quiere ir.

Como decía un viejo general, que los kirchneristas ningunean permanentemente "la única verdad es la realidad"




Terminó la elección: ahora volvemos a la realidad (segunda parte)

Ahora los subsidios

"En los primeros 9 meses de este año los subsidios sumaron $ 51.691 millones. De esa cifra, el 88,5% corresponde a energía y transporte. Es fácil advertir que hacer una conferencia de prensa para anunciar que el Gobierno se ahorrará el 1% de lo destinado a subsidios (en realidad es mucho menos si se toma el proyectado anual de subsidios) con las medidas adoptadas no constituye una corrección de precios que permita arreglar el déficit fiscal ni la distorsionada estructura de precios relativos"

"Revisando mi factura de luz que justo venció el 2 de noviembre, veo que tiene el gran sello de CONSUMO CON SUBSIDIO DEL ESTADO NACIONAL. Ahora bien, en la factura figura el monto que pago y el monto del subsidio que me otorga el Estado. El subsidio representa casi el 80% del monto que efectivamente pagué. Puesto de otra manera, si no me hubiesen subsidiado tendría que haber pagado un 80% más en mi factura. Por eso posiblemente De Vido dijo que las tarifas no iban a aumentar. Solo dejarían las tarifas quietas, quitarían los subsidios y la gente tendría que pagar mucho más por la luz y el gas. Eso sí, como las tarifas no se moverán, el INDEC no relevará el aumento por más que la gente tenga que desembolsar más plata del bolsillo. Una especie de tarifazo sin que estadísticamente lo registre el INDEC. Como la tarifa no se movería, el INDEC no registraría aumentos de precios."

"Abajo a la izquierda de la factura hay un cuadro informativo que dice que si yo viviera en Córdoba o Santa Fe, hubiese tenido que pagar el doble que lo que pagué. Si viviera en San Pablo tendría que haber pagado 6 veces más, en Uruguay 7 veces más y si hubiese vivido en Chile 6,5 veces más. Estos datos, más el anterior, confirman la enorme distorsión de precios relativos y permiten prever que los anuncios para ahorrarse 600 millones son solo el aperitivo de lo que puede venir, salvo que intenten convencerme que los cordobeses, santafesinos, chilenos, brasileros y uruguayos son tontos que pagan mucho más de lo que deberían pagar.

El rubro subsidios se ha convertido en uno de los más importantes dentro del presupuesto y los recursos fiscales ya no alcanzan."

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Seguiremos con los subtes y todo lo que el futuro nos espera. Nos comimos miles de millones de dólares que no fueron a infraestructura, ni a servicios ni a un plan estratégico de futuro. Simplemente los prendimos fuego. Lo que veníamos diciendo desde hace tiempo, se está cumpliendo. Vaciamos el ANSES, vaciamos el Banco Central y ya no quedan fondos para seguir dilapidando.

Quisiera ser claro en un aspecto (tema que me costó algunos dolores de cabeza a nivel familiar) no estoy en desacuerdo con la idea y la política de ayudas y prebendas sociales de este gobierno. Se tratra simplemente de saber y conocer DE DONDE salen los fondos para esta falsa "distribución de la riqueza". Vaciar los estantes, no es justamente, mi definición de distribución.

¿Y el fútbol para todos? ¿seguiremos con esta farsa?

Animo, no se deprima, que ya vendrán tiempos peores.