"Acaban de cumplirse 32 años del asesinato de Juan Eduardo y todavía sigo esperando justicia. Todavía estoy esperando que el Estado se acuerde de que nosotros también somos ciudadanos con derechos humanos. Quise contar mi historia para que no sigamos siendo ignorados, para que no se nos sigan poniendo motes: somos personas inocentes que perdieron todo; en mi caso lo más valioso que tenía, que era mi hijo, por culpa de los terroristas."
Soy padre de tres chicos y la verdad es que no se como reaccionaría si me sucediera algo así. Lo más injusto -por supuesto que detrás de la pérdida de un hijo, sobre todo de esa edad (en la foto el segundo de la derecha)- es no ser tenido en cuenta. Ser ignorado. No exitir.
¿Qué pensarán los Kunkel, Garré, Vertvisky y, para no seguir nombrando innombrables, todos sus compañeros montoneros y erpianos, cuando leen un artículo como éste?
Esta es la otra parte no contada de la "historia oficial" sobre el terrorismo que asoló esté país.
Sin embargo soy optimista, algún día todas las personas y familias que fueron víctimas del terrorismo tendrán su momento de justicia.
Sin embargo soy optimista, algún día todas las personas y familias que fueron víctimas del terrorismo tendrán su momento de justicia.
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