"No se pueden defender los derechos humanos, contra los derechos humanos" dijo Jonny Walker Strassera en un momento de lucidez, respecto al proyecto de Ley para obtener por la fuerza el ADN de todos nosotros.
Esto es lo mismo, que ya comenté en varios posts anteriores, reclamar el "Juicio y Castigo" a quién sea. Frase de cabecera de la progresía nacional. Si alguien va a juicio, será el juez quién dictamine si es culpable o no, cuando en realidad, la doctrina indica que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Aquí, en Kirchnelandia, es al revés: somos todos culpables.
Los defensores de los Derechos Humanos tuertos, que miran con el ojo izquierdo solamente, tienen símbolos a los cuales quieren destruir. Entre ellos a Ernestina de Noble. No se trata de otra cosa. Como la Ley de Medios recién aprobada. Saquémonos la careta de una vez.
Hace años que quieren demostrar que sus hijos, no son sus hijos, sino niños pertenecientes a ex terroristas desaparecidos o muertos. Estos chicos -hoy no tan chicos- se negaron permanentemente a todos los pedidos y exigencias de obtener su ADN. A uno le puede gustar o no, pero es una decisión personal que se debe respetar.
Pero no. Para estos defensores, es una colina que hay que ocupar y plantar la bandera de DDHH en su cima. Cueste lo que cueste. Para este caso, el fin justifica los medios.
Quisiera que primara la cordura, pero tengo mis serias dudas. La ideología revanchista pesa más que la coherencia, la justicia y la realidad.
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