miércoles, 14 de octubre de 2009

El embajador argentino

Fue uno de los más grandes futbolistas de toda la historia, tal vez el mejor en un mundo mediático y globalizado como nunca. Un genio de la pelota. Pero nada más.

No es el ejemplo de persona que uno quisiera verse reflejado. Haber nacido en la humildad y pobreza y lograr la fama que tuvo, no le da boleto libre para hacer lo que quiera. Compró el personaje de Dios y así actúa.

Lo rodea un séquito de chupamedias y alcahuetes que solo buscan congratulaciarse del personaje grotesco, gordo y altanero, que cree que el fútbol nació a partir de su aparición en las canchas.

Haber sido un excelente jugador, no lo habilita como técnico. La selección nunca supo a qué jugaba. Debe tener el récord de jugadores utilizados para los partidos. Nunca repitió una formación. Soy uno de los que lo critica y si no fuera porque representa a mi país, me hubiese gustado que no clasificara.
El verdadero Dios sabrá porqué ganamos y entramos en el mundial.
Una vergüenza nacional escuchar a un DT de un seleccionado nacional decir "que me la chupen" en una conferencia de prensa y en un país extranjero. Alguien tendría que ponerle un límite a este descerebrado.
¡Maradona, me das lástima! Afirmar que los jugadores te consagraron como técnico, fortalece tu estupidez y falta de inteligencia, porque clasificamos de milagro. Lee las declaraciones en caliente de Verón y aprendé.
Solo espero que alguien se apiade de nosotros y ponga un profesional al frente de nuestra blanquiceleste. No quiero seguir pasando papelones en el exterior, con este embajador argentino.

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