"Se fue Santiago Montoya del gobierno bonaerense envuelto en la bandera que, para otros encumbrados integrantes de esa administración, debería servirle a Daniel Scioli para relanzar su carrera política emancipándose de los Kirchner: el rechazo a las denominadas "candidaturas testimoniales". Impecable pero involuntario acto de campaña de la oposición: al expulsar a Montoya, el oficialismo queda obligado, ahora, a una segunda oleada de defensa de ese engendro electoral de Olivos.
El proceso por el cual este funcionario quedó fuera del gabinete de Scioli es otra demostración de la impericia política que exhibe en estos días el kirchnerismo. Montoya rechazó en público su postulación como concejal en San Isidro porque alguien hizo publicar la versión de esa candidatura. Ese alguien, según los datos disponibles, trabaja para el gobernador bonaerense. Es decir: la plataforma para que Montoya pudiera denunciar la impostura de la estrategia electoral oficialista la montó el oficialismo. Sin darse cuenta, claro."
El proceso por el cual este funcionario quedó fuera del gabinete de Scioli es otra demostración de la impericia política que exhibe en estos días el kirchnerismo. Montoya rechazó en público su postulación como concejal en San Isidro porque alguien hizo publicar la versión de esa candidatura. Ese alguien, según los datos disponibles, trabaja para el gobernador bonaerense. Es decir: la plataforma para que Montoya pudiera denunciar la impostura de la estrategia electoral oficialista la montó el oficialismo. Sin darse cuenta, claro."
Buen resumen de Carlos Pagni, en su artículo recién salido del horno. Recién escuché que el gobernador de Córdoba le ofreció que se hiciera cargo de la recaudación en esa provincia.
¿Se acuerda de Chirolita? Scioli se parece mucho ¿no?
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