Me leyó el pensamiento
Hoy
no hay margen para aplicar casi ninguna norma sancionatoria en la
escuela pública sin que la misma no sea considerada fascista. En
realidad y para ser más justos, si alguien propone discernir alguna pena
en cualquier ámbito de la convivencia social es considerado casi
siempre un autoritario. Para ganarles de mano a los bloggeros
del “modelo” que se solazan comentando estas crónicas, precediendo sus
dichos con los más variados epítetos rústicos, me anticipo diciendo que
me banco por esta idea el rótulo de “facho”.
Creo
que es acertada la decisión de apartar preventivamente a docentes y
personal administrativo de la Escuela 3 del barrio de Monte Castro que
parodiaron en un aula y frente a alumnos a Mauricio Macri y a Esteban
Bullrich. Creo que el paro que lanzaron los gremios es una excusa para
seguir haciendo política dentro de esa misma escuela y que toma como
rehenes a los chicos y a los padres. Creo que respeta el principio de
debido proceso aplicar el recurso previsto por la ley ante la
flagrancia probatoria del video que muestra a los educadores en el
colegio “jugando” a hacer teatro político frente a pibes desde los 8
años. La norma prevé la separación mientras dure el sumario y no es
irrazonable aplicarla. Estos 6 docentes cobrarán sus sueldos en su
totalidad y prestarán servicios en otra institución hasta la resolución
final.
La
actividad gremial debe ser siempre reivindicada aún en los tiempos en
donde algunos creen que representan cabalmente a los trabajadores
firmando que con 2875 pesos se alcanza un salario mínimo. Y, en
especial, hay que defender la tarea de ennoblecer a los maestros, una
de las profesiones más postergadas social y económicamente en nuestro
país. Pero proponer como modo de tutela de los intereses
profesionales un acto en una escuela pública, dentro del aula,
parodiando burdamente a un político, no tiene nada que ver con eso. A
eso se le agrega que se usa como involuntario público a alumnos de
escuela primaria. No a una comunidad universitaria en donde es más
propio este debate. ¿Qué pasaría si el caricaturizado fuera el o la
Presidente de la Nación de turno? ¿Qué dirían los dirigentes que hoy
propusieron un paro de 24 horas si se teatralizara la emisión de
billetes en un colegio? A dónde quedó la dignidad y potencia de la carpa
blanca que supo maridar a todo el país digno con el oficio de enseñar
parándose con guardapolvos blancos, artistas, dirigentes y ciudadanos de
a pie frente al emblema de la ley?
Reaccionar
con un paro por supuesta “persecución ideológica” ante una sanción
legal y preventiva, es decir, sin definición aún, es exagerado e
inconsistente.
A
esta gestión de Mauricio Macri puede justificadamente achacársele la
falta de algo novedoso (o incluso de convicción) en el compromiso por la
enseñanza pública. También es cierto que su ministro Esteban Bullrich
es uno de los que intenta revertir una dejadez generalizada en la
educación argentina. Y lo hace con dispar resultado, sí, pero también
con honestidad. Nada de esto habilita a que se use la escuela pública y a
los alumnos que son confiadas a ellas para montar un ramplón acto
político. Hacer un paro es no poder reconocer que el “teatro” de la
Escuela de Monte Castro fue un error y validar como aceptable que en
clase, a cualquier hora, desde el primer grado se haga política
partidaria. Porque de eso se trata.
Habrá
que salvar las distancias pero hay que decirlo. Las barras bravas no
son hinchas apasionados sino delincuentes como dijo el valiente Javier
Cantero. Los que sacan presos a los días de recibir condena para
culturizarlos no son uno jóvenes románticos sino autores de
irregularidades que cometen un error político y jurídico como sostuvo
Raúl Zaffaroni. Y, por fin, los docentes que jugaron a ser Macri y
Bullrich no son luchadores gremiales sino empleados del estado que
usaron como su propia tribuna política el espacio que es de todos.
Son,
con diferencias obvias y notorias, infractores de la ley que, salvo
que se quiera homenajear al gran Discéplo mezclándolos en un mismo lodo,
todos manoseados, merecen una sanción. Así de sencillo, así de “facho”.
2 comentarios:
Te aviso:
Facho, Fascismo, es el movimiento creado por el dictador Benito Mussolini, el cual era admirado por Perón, y que resaba: "Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado"
Gracias por tu comentario. Igualito que este gobierno, ¿no te parece?
Saludos
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