Con su acidez habitual, Sebastián repasa muy prolijamente la actualidad Kirchnerista. El título lo dice todo
Yo sé, Compañera Jefa, que toda la banda que la rodea le dice que su programa “Gobernando por un Sueño” anda fenómeno, que a la gente le encanta y que mide bárbaro
. Pero yo no la voy a engañar. La realidad es que así no vamos a
despegar nunca. Un programa en cadena nacional, a las 6 de la tarde, de
una hora de duración, mostrando números de política gasífera y petrolera
es, literalmente, morirse. ¿Le pasaron el rating? Apuesto a que no. Es
tal el pánico que le tienen que no se animan a decirle nada. O peor aún:
l e cambian los números para quedar bien y que usted no se
enoje. Mal negocio, Jefa. El adulaje es pan para hoy y hambre para
mañana. Mire todos los que antes estaban con Duhalde y que ahora, al
lado suyo, hablan mal de él. O de Menem. El demonio le está susurrando
el futuro al oído. Escúchelo.
Yo le canto la justa sobre el minuto
a minuto del último programa. Por ejemplo, en Telefe daban una película
que estaba midiendo 10,1 puntos de rating. Pero a las 17.47 cortaron,
entró la cadena nacional, arrancó el “Gobernando” y empezó la caída
mortal (dejando a un millón de tipos sin poder ver el final de la
película y recontentos de poder escucharla a usted). Cae a 8,4,
después 7,8, después 7,4. Luego se desploma a 6,6, remonta un poquito en
la parte esa en que lo escracha a Bonelli (eso gustó mucho, se ve que todo lo que sea bizarro y absurdo garpa)
y al final aterriza en 6,4. Por suerte, a las 18.53 empezó
“Floricienta” y clavó un pico de 13,1 para tranquilidad de todos en el
canal.
Lo mismo pasó en Canal 13 , el de los húngaros.
“Cuestión de Peso” le deja un rating de 7,5 y cuando arranca su programa
entra a caer en picada kamikaze hasta 5,1. Justo cuando Pablito
Codevilla estaba por pegarse un tiro en las criadillas empezó “A
todo o nada” y clavó un 10,1 salvador. Yo que usted, la próxima vez, lo
llevo a Kaczka que es mucho más popu que Kicillof.
Ni le digo el 9. Viviana le dejó más de 7 puntos y usted a las 18.28 enterró un 2,9. Tremendo, hubo que evacuar el canal. ¿Y América
? Le dejó 5,1 y a las 18.52 usted entró en la inmortalidad sepultando a
Vila y a Manzano con un temerario 1,1. Todavía están temblando.
Frente
a esto, sólo nos quedan dos posibilidades: o nos replanteamos todo
(autores, elenco y productores nuevos) o le pedimos a Moreno que mida el rating con el INDEC y lo dibujamos
como hacemos con la inflación y la pobreza. Pero así, no va más. ¿A
quién se le puede ocurrir salir por televisión para explicar la manera
en que se distribuye el impuesto a los combustibles? ¡Por Dios! ¿ Quién es el productor general de este bodrio, Jefa? ¿A quién responsabilizamos por esta catástrofe audiovisual??!!
Hay
que entender, Compañera Jefa, que el suyo es un programa que nos
muestra diariamente sus vivencias, sus estados de ánimo, sus broncas,
sus alegrías y la relación entre todos los personajes que la rodean. O
sea, sin duda alguna, técnicamente es un reality. Es como Gran Hermano
pero sin confesionario porque si no se pudriría todo ( imagínese: “Amadooo… al confesionario”, chau proyecto nacional).
Por lo tanto, la clave para que el programa tenga éxito es respetar las
características del formato. Tiene que haber mucho lío, agravios,
internas, bardo. O sea todo lo que actualmente tiene, pero con mucha más
intensidad.
Yo sé que contar la epopeya de rescatar YPF de las garras privadas a las que fue arrojada vaya uno a saber por qué abyecto esbirro del neoliberalismo
es muy importante (digo abyectos esbirros del neoliberalismo para que
no tener que nombrar a unos y unas que yo sé). Pero cuando usted empieza
con los números y los gráficos, la gente en su casa aprovecha para
bañarse, ordenar los placares, mirar fotos de cuando eran chicos, esas
cosas que uno hace cuando no sabe qué hacer.
Si no le ponen más pimienta la gente se aburre.
Lo mismo pasa con el elenco. Olvídese de un Lito Cruz, o un Peretti. Esto es un reality. Acá hay que agregarle un par de reventados, algún bandido más y dos o tres gatos cascoteados
. O sea, traer más quilomberos y evitar que se vayan los que ya
tenemos. Por eso me preocupa que anden diciendo que Moreno se quiere ir.
Yo lo entiendo, no es para menos. El tipo está en su oficina, harto de
que le digan de todo, y de repente lo llama Kicillof para explicarle lo
que hay que hacer con la inflación o el dólar. El tipo se quiere matar.
Debe decir: “¿Y este pendejo, de dónde salió?” Pero no lo deje ir Jefa. Moreno es bardo. Moreno garpa. Moreno mide.
Es el Cristian U del proyecto nacional
. Como Timerman, que armó un nuevo escándalo con los uruguayos y ahora
se lo quieren comer crudo desde Mujica hasta Sanguinetti pasando por
Carlitos Perciavalle y China Zorrilla. El papelón funciona bien. Suma.
Timerman es el Charlotte Caniggia de la diplomacia internacional.
Póngalo en primera fila aplaudiendo al lado de Boudou, por ejemplo, y
va a ver cómo levantamos. Lindo dúo. Me gusta. Lástima que se nos fue
Schiavi.
Lo que me dejó preocupado es que usted justificó la
cadena nacional diciendo que la gente no se entera de todo lo bueno que
hace el gobierno porque los malditos medios exitosos no lo publican.
Mala señal, Jefa. ¿O sea que toda la guita que gastamos para sostener nuestros diarios, nuestras radios, nuestros canales y nuestros comunicadores, es al divino botón ? ¿Eso quiere decir que por más que se la pasan contando lo lindo que es el kirchnerismo, la gente no se entera?? ¿Cómo es? ¿ El único boludo que escucha a Barone soy yo ? Si es así, pongamos la mosca en algo que rinda más y cambiemos la estrategia.
Quizá nos convendría bajar el tono y hablar de las cosas que angustian a la gente. No le digo hablar de los subtes porque eso ya sabemos que es un problema de Macri
que no quiere agarrar el balurdo. Con lo lindo que le dejamos los
vagones y las vías. Si no sabe cómo manejarlo que llame a Jaime o a
Schiavi que son especialistas y no tienen laburo.
Pero no estaría mal reconocer que tenemos algunos problemitas y que vamos a tratar de resolverlos en lugar de hacer como si no existieran . No cuesta nada y hace al programa más creíble, más querible y más humilde. Por ejemplo, la sensación de inseguridad es una sensación cada vez más fuerte
. Y si no, pregúntele a mis amigos de Pol-ka por qué no tuvieron tiempo
de disfrutar su show del jueves. Jefa, si el programa va a fracasar,
por lo menos que fracase con dignidad.
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