Esta columna de Martín Lousteau (La Nación) resume casi todo lo que vengo publicando en estos últimos tiempos. Evidentemente el ex Ministro de Economía estuvo leyendo a este Escriba ¿o qué otra explicación hay?
Si ponemos una rana en una olla hirviente,
inmediatamente intenta salir. Pero si ponemos la rana en agua a
temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la
temperatura se eleva...a 26 grados...incluso parece pasarla bien. A
medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más
aturdida...se queda ahí y hierve. Su aparato interno para detectar
amenazas...está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente,
no para cambios lentos y graduales. Peter Senge, "La Quinta Disciplina"
La Presidenta suele recordar que el
tiempo de las dos administraciones K ya completas se corresponde con el
período de mayor crecimiento que la economía argentina ha registrado en
los últimos doscientos años. Los datos disponibles, que parten de 1885,
muestran algo parecido: 2003-2011 se lleva un impresionante tercer
puesto. Con tan exitoso desempeño económico cuesta realmente comprender
por qué siguen ocurriendo ciertas cosas en nuestro país, a punto tal que
las vamos aceptando como naturales.
Con tan exitoso desempeño económico cuesta realmente comprender por qué siguen ocurriendo ciertas cosas en nuestro país
Una década después del colapso de la convertibilidad, los piquetes siguen siendo el método de protesta. Viejos conflictos, como el de Kraft, permanecen sin solución y resurgen. Hasta los alumnos más privilegiados de la Argentina, pertenecientes a los dos secundarios estatales y gratuitos de mayor prestigio, toman los colegios y suspenden las clases por problemas de índole menor. Nos hemos ido transformando en una sociedad que reniega del diálogo como instancia para resolver conflictos, y que rechaza cualquier tipo de autoridad.
La Capital Federal no tuvo servicio de subterráneos durante toda la semana, lo cual provoca incomodidades, retrasos y colapsos en la circulación de la ciudad con mayor actividad de todo el país. Mientras tanto, los gobiernos nacional y porteño solamente atinan a deslindar sus respectivas responsabilidades. También los hospitales de la CABA pararon por la falta de seguridad, que también puede considerarse como un resultado más de la misma pugna. Los conflictos con las jurisdicciones subnacionales no terminan allí: las tres principales provincias, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, están padeciendo -y las últimas dos reclamando en la Corte Suprema- el retaceo de fondos que les corresponden.
El segundo es la expropiación de Ciccone. A estas alturas, se trata ya de una zaga surrealista. La sesión será presidida por el vicepresidente, sospechado de estar estrechamente vinculado a los accionistas de la empresa, y de haberla favorecido de manera extraordinaria desde su anterior cargo. Aún con este marco general, a los que deben sumarse los antecedentes de la firma (que incluyen cheques mellizos, bonos apócrifos y billetes duplicados), el Estado nacional procedió a su contratación por un monto millonario. Para tomar esa decisión no le importó que, a pesar de los reclamos de la Justicia, sus accionistas no procedieran a identificarse. Serán los mismos dueños anónimos a los que -de una u otra manera- ahora compensará. Y encima antes tuvieron tiempo de hacer al menos una serie de billetes con defectos tan severos que la gente piensa que son falsos.
El respeto de las normas más básicas parece haber devenido una cuestión irrelevante. Quizás por ello es que una consigna como "Vamos por todo" termina sonando habitual o aceptable. O que se esté sugiriendo la necesidad de una nueva reforma de la Constitución Nacional cuando todo lo antedicho demuestra que no hemos aprendido a cumplir con la que hoy tenemos. Es que en la Argentina, como en aquella brillante comedia con Bill Murray llamada "Hechizo del Tiempo", nos despertamos cada día para descubrir que otra vez es ayer. Aunque la temperatura del agua haya inadvertidamente subido unas décimas.
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