Dice la historia que, cuando el César realizaba sus desfiles de triunfo en Roma, precedido por los animales exóticos que había traído de tierras lejanas; reyes capturados y prisioneros de valor, llevaba en su carruaje un esclavo que le sostenía la corona de laureles. Éste, tenía otra importante misión, susurralde al oído del héroe una corta frase: "la gloria es efímera"
Mientras veía por televisión esa extraña sesión en el Congreso, en donde el conglomerado de partidos opuestos a K, lograron ponerse de acuerdo e inciar la misma, sentí una alegría muy grande. Pensaba como la Reina y su consorte debían sentirse viendo las imágenes por TV, sobre todo cuando la diputada Camaño dió por inaugurada la sesión.
Repugnante Kunkel haciendo la "V", me pregunto ¿de qué? De victoria, seguro que no. De "vuelve", tampoco porque no hay nadie que regrese. Seguramente será de boludo, aunque todavía no sabe que se escribe con la be larga.
Ahora bien. Ayer K y su grupo zoológico perdió por goleada. Pero no asumamos un triunfalismo inexistente. Estoy convencido que las futuras reuniones en Diputados no van a ser tan fáciles.
La gloria es efímera, pero hay que disfrutarla mientras la tengamos de nuestro lado.
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