miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Qué hacemos?


Un duro comunicado del Obispo de Avellaneda-Lanús respecto a la inseguridad expresa que "No alcanza con decir que están trabajando para capturar a los asesinos" y pregunta "¿Cuántas vidas más se necesitan truncar para que tomen conciencia de que la violencia, generada por las adicciones y la pobreza, está manchando el suelo de la Provincia con sangre de inocentes, padres, hijos, amigos, que estamos sepultando a diario?"

Los responsables, me parece, no saben cómo encarar este problema. Ya lo dijimos en este lugar, la convivencia de los delincuentes con la propia policía y el sector político es uno de los problemas principales a resolver. Todo es una cuestión de negocios, en definitiva.

El gobierno nacional mira para otro lado. El orden y el control de la calle, se confunde con la represión del gobierno militar, porque ese es el discurso que vienen realizando desde hace años. Y la gente está harta.

Me temo que si no toman medidas concretas y no declamatorias, dejaríamos de ser una sociedad civilizada para pasar a ser el Far West latinoamericano. El principio físico que un espacio vacío se ocupa de inmediato es una realidad. Si el Estado, dueño absoluto del poder policíaco no actúa, alguien lo reemplazará.

No quiero eso en mi país

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