jueves, 3 de septiembre de 2009

La vida y el destino


La vida y el destino juegan su partida privada cada día. Los protagonistas somos nosotros pero no lo sabemos o a veces, no queremos saberlo. Piezas que se mueven sobre un tablero infinito de caminos y alternativas, que deben elegir diariamente, minuto a minuto, un rumbo que dejará un surco en sus historias con finales abiertos.

Una pareja iba caminado por la acera, como cualquier otra, hablando de sus temas y de repente, una suicida se le cae encima del hombre que, hasta un milésimo de segundo antes, tenía sueños, ideas, problemas y un supuesto destino. Ambos fallecieron. Si el matrimonio hubiera elegido otro camino, la vereda opuesta; demorado o adelantado su partida en dos segundos; tomado alguna de las millones de alternativas que se le cruzaron y no lo hicieron; la suicida no hubiese tomado esa decisión en ese mismo instante, etc, etc, nada de lo acontecido habría pasado.

¿Fatalidad? ¿Mala suerte? ¿Destino? En lo personal, no creo en la buena o mala suerte. Si considero un destino previsto para cada uno, que podemos fortalecer o no, en función de nuestras decisiones. Todo lo que nos pasa en nuestra vida, tiene un porqué y alguna relación con algo. A veces, diría en la mayoría de los casos, no somos lo suficientemente ilustrados para darnos cuenta. Analice algunos acontecimientos pasados de su vida y vea si no tuvieron algún contacto con hechos posteriores o actuales. Tal vez, algunos de ellos, todavía se encuentran latentes. Siempre doy el ejemplo de Steve Jobs y su discurso en lo que él llama "conectar los puntos". Seguramente este video que le señalé ya lo vió, pero vale la pena volver a mirarlo, sobre todo los primeros cinco minutos. Comprenderá lo que quiero transmitirle.

El 12 de junio pasado escribí un post titulado "El destino es implacable" comentando la muerte en un accidente de tránsito de una sobreviviente del accidente del Aibus de Air France, unos días posteriores a su "buena suerte". Eventos como lo que le sucedió a la pareja, son mucho más habituales de lo que la prensa nos informa. ¿Se acuerda el caso de la Rural? Un niño con deficiencia mental, se subió a un vehículo de trabajo, logró ponerlo en marcha y mató a una persona que estaba de visita. O el caso del señor que caminaba tranquilamente por la vereda y recibió el golpe de un aro metálico que despidió una rueda de un camión que justo pasaba por allí. ¿Y el que recibió un rayo? ¿El que se murió estando en su casa, porque le cayó encima los restos de un avión que explotó en vuelo a miles de metros de altura y distancia de su techo?

Pero también hay ejemplos positivos y son lo que a diario nos pasan y que muchas veces no comprendemos. Cruzarnos con algún viejo amigo o amiga y retomar una relación perdida que en algunos casos terminó en un matrimonio feliz. No tener trabajo y en una reunión a la cual fuimos invitados por -casi diría casualidad aunque tampoco creo en ello- porque así se dió, conseguimos algo que nos cambió el ánimo y la vida futura. Encontrarnos con un conocido de un amigo, pariente de otro amigo con el cual compartimos algún evento hace mil años atrás y que nos sirvió para abrir una puerta que era imposible doblegar. Incluyamos también, acciones que hacemos y que repercuten en la vida de un tercero.

En fin. Ejemplos hay miles. Lo importante es comprender que lo que nos pasa, es por algún motivo y lo que hacemos será parte de nuestro destino.

¿Lo hice muy complicado?

1 comentario:

CristinaKirchner dijo...

Saludos a todos y a todas:
Quiero articularles una invitación para la Campaña "Para que no se enoje nadie" que acabamos de comenzar.
Kisses.-
YO Cristina PresidenTA