La sociedad argentina

Un fiscal que se copia durante un exámen para ser juez. Este título de primera plana marca claramente lo que es nuestra sociedad y lo bajo que hemos caído. Una persona que está peleando academicamente un cargo para impartir justicia, comete defraudación y se caga en sus competidores. Es decir, le importa un bledo lo que sucede a su alrededor.

El piquetero D´Elía manifiesta públicamente que está orgulloso de copar una comisaría. Un impresentable mercenario a sueldo del gobierno ratifica su accionar delictivo atentando contra una sede que, supuestamente, representa a la Ley. Desde el propio gobierno nadie emite un comentario, ni siquiera el vocero cloacal K, Jefe de Gabinete. Seguramente tanto él como el resto se estarán riendo se semejante disparate.

La ex diputada K y ex aliada del campo Alarcón asumió como nueva Subsecretaria de la administración Cristinista. Tiró por la borda su nombre, apellido y honor (si es que lo tiene) para instalarse dentro del poder que ella en algún momento se opuso. Pasó a integrar la foto del "Empleado del mes" y al listado de los funcionarios Borocotizados K. Otra señal negativa de nuestra sociedad, que confirma un viejo dicho "por la plata, baila el mono".

El felpudo o Chirolita Scioli sigue humillándose ante la sociedad bonaerense bajo la excusa que tiene que mantener la financiación de la provincia. Entregó la cabeza de un ministro como si donara un cachorrito recién nacido, para reemplazarlo por otro impuesto. Evidentemente es un pusilánime sin autoridad ni moral, que pretende una nueva reelección. ¿Creerá que somos todos idiotas como él?

La Ley de Medios impuesta. Creo necesaria una nueva Ley de estas características, pero bien debatida y con amplios plazos de discusión. Así, como está presentada es otro mamarracho kirchnerista. Los que hoy la apoyan y quieren aprobarla en 24hs, ¿se darán cuenta que están escupiendo para arriba?

Me asusta que pasen todas estas cosas -y muchas más- y que a nadie se le mueva un pelo o ponga el grito en el cielo. Esta pasividad me hace acordar a la triste década de los ´70, en donde las muertes, asaltos, secuestros, incendios, atentados y distorción de la realidad era algo común a la cual nos habíamos acostumbrado, como algo normal. Lo bueno era lo malo y viceversa.

¿Sonará el despertador social?