domingo, 6 de septiembre de 2009

Ni K ni Maradona


Había que cambiar de cancha porque en River el público no alentaba. Había que cambiar de cancha porque los contrarios no sentían la "presión". Había que cambiar de cancha porque el césped no estaba bien.

Caprichos son caprichos. A Maradona se le acepta todo. Que hayamos perdido por goleada en Bolivia, algo histórico. Que los brasileros nos hayan ganado de visitantes después de casi 10 años. Que estemos colgados en la tabla con un alfiler sin saber si vamos a clasificarnos o no.

No hay misa que valga ni declaraciones estruendosas que sirvan para ganar. Los partidos se ganan en la cancha, dentro de los 90 minutos reglamentarios.
¿Y ahora que excusa vamos a poner? Somos lo que somos, con un equipo que aún es un conjunto de individualidades que no saben a qué juegan. Conducidos por un director técnico que siempre fue un fracaso en ese cargo, en los clubes que pasó.

Creo que Grondona está haciendo lo mismo que K. Lo está dejando a Diego expuesto y esperando que se desgaste hasta que renuncie, sin importar si Argentina clasifica o no en esta instancia. Se lo quiere sacar de encima para que no joda más.
Supongo que si no entramos dentro de los cuatro primeros ahora, Maradona renunciará y Grondona jugará su carta en el repechaje, suponiendo que le ganaremos a los Mejicanos.
K, está esperando que el campo tire la toalla, sin importarle la situación del país. En esto se diferencian los estadistas y países desarrollados: prima el concepto de Nación y bienestar general, antes que los personales.

Nunca me pareció una buena elección Maradona. Tampoco K. Mire, si dan ganas de llorar.

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