"Hoy tenemos una feroz recesión interna y externa. El consumo interno se desploma y la inversión brilla por su ausencia. Una devaluación tradicional para impulsar las exportaciones no tendría demasiado efecto por la caída de la demanda internacional. Sin embargo, dentro del contexto recesivo del mundo, lo que menos va a caer o caerá en menor medida es la demanda por alimentos. La gente podrá postergar la compra de un auto, una propiedad, un televisor o un celular, pero no postergará en primer lugar el consumo de alimentos. Si esto es así, en momentos en que en el mundo se matan por exportar algo, Néstor prohíbe las exportaciones de carne, trigo y castiga las de soja y otros granos. Hoy sería más fácil intentar mover la economía vía el sector agropecuario que buscar exportar algunos productos industriales. Por lo menos, la eliminación de las retenciones mejoraría la actividad agropecuaria, con su derrame sobre otros sectores, y amortiguaría una recesión que hoy ya luce inevitable para el 2009. Sin embargo, Néstor se empecina en boicotear la actividad agropecuaria, aún a costa de perjudicar al país en su conjunto hasta niveles insospechados."
Roberto Cachanosky insiste en un concepto que, hasta resulta aburrido por su reiteración. Don Nestor es igual al escorpión del cuento con la rana: "es su naturaleza". Así aprendió a hacer política y así morirá. El problema básico, es que los argentinos moriremos con él.
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