Seguimos redoblando la apuesta. El discurso de hoy de la reina batata, muy promocionado con anterioridad, tiene la marca indeleble del ex presidente en funciones: dividir para reinar. El país no importa. La gente, menos, excepto que voten por ellos.
Los gobernadores, intendentes, diputados y senadores se quejaban que todo lo que el gobierno recibía por las retenciones no volvía.
La mesa de enlace y el campo en general, pretendían bajar el porcentaje de las retenciones.
Nadie dice que las retenciones son impuestos ilegales y amorales. Es una doble imposición que no está aceptada por ley.
Este invento de Lavagna, ahora, como siempre hacemos en este país, lo mejoramos para peor.
Entoces, el niño K, metió todo en la licuadora, le puso el diskette a su mujer y tras una pequeña palmada en el culo, la mandó al estrado.
¿Y ahora?
Lástima que utilice su inteligencia para el mal.
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