Desde que el gobierno se hizo cargo del Fútbol para Todos, comprendimos rápidamente el objetivo de esta decisión política: demagogia y publicidad oficial de alcance masivo.
En agosto de 2012, un artículo del Cronista daba cuenta del gasto, por no decir derroche, que se estaba haciendo. Muchos nos acostumbramos a bajar el volumen de la TV en el entretiempo, para dejar de oir la publicidad que en varias ocasiones fueron ataques directos a algunos opositores. Claro está, con la Plata de Todos.
Ese mismo mes, escribí un post al respecto
Ahora Macri, declaró que si él fuera gobierno, Futbol para Todos no sería prioridad. Que arreglaría todo con publicidad privada, que seguramente pagaría todo o la mayor parte del costo de emisión. Salieron a pegarle con un caño. Incluído varios que se dicen llamar periodistas, que lucran con la actual situación y que si la taba se da vuelta, seguramente se les terminaría el curro.
Si de mi dependiera la decisión, haría una mezcla entre lo privado y lo público, pero el Estado no pondría un peso. Es cierto que hay otras prioridades y también es cierto que entre todos estamos pagando una publicidad demasiado sucia.
Yo prefiero viajar cómodo y tener buena seguridad, en lugar de ver un partido de televisión. Está claro porque no soy político.
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