Con otras palabras, pero con una gran coincidencia con respecto a lo que este Escriba viene posteando. Es preocupante que las reservas brutas del Banco Central cubra solamente el 87,6% de la base monetaria. Si entiendo bien, si todos los argentinos fuéramos hoy al BCRA a pedir el equivalente en oro de los pesos que tenemos en el bolsillo, solamente nos darían $87,6 por cada $100. Eso es sinónimo de inflación y de un camino sin salida.
Y no me voy a cansar de repetirlo: historia que ya vivimos y nos fue mal.
Al tarifazo lo llaman proceso de redireccionamiento. Al corralito
cambiario lo denominan luchan contra la evasión. Al vaciamiento del
Central, Fondo de Desendeudamiento. El gobierno vive vendiendo gato por
liebre.
Realmente
hay que reconocer que el gobierno tiene una fenomenal capacidad para
dar vueltas las cosas y decir que lo que es blanco es negro o lo que es
cuadrado es redondo. No tengo idea si su dialéctica tiene efectos de
credibilidad en la gente, pero lo cierto es que vive, como dice el dicho
popular, vendiendo gato por liebre. Veamos algunos ejemplos.
Cuando
en el 2008 decidió confiscar los ahorros que teníamos en las AFJP, el
gobierno lo presentó como una medida estratégica que apuntaba a
establecer un sistema de reparto y solidario. En otras palabras, nos
quitaron la plata que habíamos ahorrado, se apropiaron de nuestro flujo
de ingresos que destinábamos a nuestra futura jubilación y lo
“vendieron” como una acto de solidaridad y de justicia social, cuando,
en realidad, necesitaban la caja mensual de nuestros fondos que antes
iban a las AFJP y, además, usaron los stocks de ahorros para financiar
el gasto público. Es como si un ladrón nos robara y argumentara que lo
hace en beneficio nuestro.
A
principios del 2010 Cristina Fernández firmó un DNU para quedarse con
las reservas de libre disponibilidad del Banco Central y así seguir con
el llamado proceso de desendeudamiento. De esta forma llegó Marcó del
Pont al BCRA y empezó a transferirle reservas al tesoro a cambio de
papeles basura, técnicamente llamados Letras Intransferibles con
vencimientos en el 2021. Una especie de paga Dios. Lo concreto es que de
$ 36.000 millones de stock que tenía el BCRA en enero del 2010 de esos
bonos basura, al 23 de octubre superaban los $ 109.000 millones dejando
al BCRA con un patrimonio neto negativo de casi $ 74.000 millones, como
mínimo. Encima, desaparecieron las reservas de libre disponibilidad, las
reservas brutas, que no son todas del BCRA, solo cubren el 87,6% de la
base monetaria, incumpliendo con el decreto 1599 del 2005 firmado por
Néstor Kirchner por el cual se establecieron las reservas de libre
disponibilidad. En definitiva, la tan mentada política de
desendeudamiento no es otra cosa que un suerte de vaciamiento del BCRA,
que no solo no defiende el valor de la moneda dada la inflación que
genera, sino que, encima, para cumplir como pueden con el pago de la
deuda dejan tambaleando al Central. Sin embargo, siguen vendiendo este
vaciamiento del Central como una política de desendeudamiento que nos
blinda contra la crisis internacional. Otra vez gato por liebre.
Los
serios problemas de fuga de capitales, caída del tipo de cambio real y
miedo a confiscaciones fueron enfrentados por el gobierno con diferentes
medidas intervencionistas. Primero, en nombre de la defensa de la
industria nacional establecieron las autorizaciones no automáticas para
importar. Después, contrariando toda la lógica económica dispusieron que
por cada dólar que alguien importe, debe exportar un dólar. Es decir,
si me voy de vacaciones a Brasil tengo que lograr que venga un brasileño
a veranear a la Argentina. Como esto tampoco funcionó, hicieron mil
piruetas más y, finalmente, el 31 de octubre decidieron que antes de
comprar dólares la gente tiene que tener una autorización de la AFIP.
Esta medida la vendieron como una medida para combatir la evasión y el
lavado de dinero. La realidad es que la fuga de capitales es de tal
magnitud que tuvieron que ponerle un corralito a la venta de divisas
porque el Central iba a quedar como vino al mundo en materia de
reservas. Ya de por sí venía complicado y con la corrida cambiaria que
no se ha detenido, iba a estar más complicado. Otra vez gato por liebre.
Días
pasados la presidente Cristina Fernández afirmó que el modelo no tiene
como meta la inflación sino de crecimiento, como si un país pudiera
crecer con las tasas de inflación que tenemos. En otras palabras, ante
la evidencia que la inflación se les va cada vez más de las manos, ahora
nos quieren vender que la inflación no es un problema, hasta sería
buena para crecer. De nuevo nos venden gato por liebre.
Cuando
en el 2009 se les venía la noche en las elecciones, bajo el argumento
que no se podía estar en campaña política en medio de la crisis
económica mundial, el gobierno decidió adelantar las elecciones y de
paso establecieron las candidaturas testimoniales. De nuevo gato por
liebre, porque ningún país civilizado del mundo adelanta las elecciones
por una crisis económica. En todo caso el primer mandatario renuncia y
se llama a elecciones en aquellos países cuya constitución lo permite.
Ahora
que se viene el gran tarifazo producto de la imprevisión y la horrorosa
política energética y de transporte, resulta que esta es una medida de
justicia social y “un cuidado proceso de redireccionamiento que busca
mantener la equidad y la competitividad”. Además, según De Vido y Bodou
esta medida no tiene nada que ver con el problema fiscal porque no hay
problemas fiscales. La realidad es que el rubro subsidios, me refiero a
los subsidios a la energía, el transporte, pérdidas de empresas
estatales y otros rubros menores más, es el segundo en importancia
dentro del presupuesto. El tesoro terminará este año con un bache fiscal
del orden de los $ 30.000 millones y la realidad es que la caja ya no
alcanza. Este tarifazo, superior al rodrigazo de 1975, tiene que ver con
un serio problema de precios relativos.
En
varias oportunidades he sostenido que aquí hay una distorsión de
precios relativos, entendiendo por tal que unos precios están
artificialmente bajos y otros artificialmente altos. Los artificialmente
bajos son las tarifas de los servicios públicos (por eso el tarifazo) y
el tipo de cambio. El que está artificialmente alto es el salario en el
sector formal de la economía. Lo que se viene es un aumento de salarios
menores a la tasa de inflación y un salto cambiario que ya empezó y,
muy posiblemente, una corrida financiera. Los datos de redescuentos del
BCRA muestran que la asistencia del Central a algunas entidades
financieras sigue subiendo, lo cual indica problemas de liquidez. Pero,
volviendo al tarifazo, quieren vender gato por liebre. ¿Es cierto que
empleados estatales han recibido la “sugerencia” de renunciar a los
subsidios? Encima quieren vendernos este tarifazo como una carrera por
la solidaridad mostrando por la televisión a figuras conocidas diciendo
que renuncian al subsidio por solidaridad. Es como si este nuevo
rodrigazo quisieran mostrarlo como un acto de solidaridad cuando en
rigor es un machazo ajuste. Dicho sea de paso, aquí no hay que renunciar
a ningún subsidio porque nadie lo pidió. Ellos lo establecieron para
disimular la inflación y crear un auge artificial de consumo. Ahora que
los números fiscales les hacen agua pretenden que mediante un formulario
les demos el apoyo al nuevo rodrigazo. Que ellos se hagan cargo
políticamente del lío económico que hicieron. Personalmente no pienso
llenar ningún formulario que constituya un apoyo a un fenomenal
desmanejo económico. Y por más que lo llene igual me van a quitar el
subsidio porque para retener el subsidio hay que ser un homeless de
acuerdo al cuestionario del formulario.
Todo
lo anterior muestra a un gobierno que ha demostrado una fenomenal
incapacidad para administrar la economía del país limitándose a hacer
caja para acumular poder político. Ahora que la caja no alcanza tendrá
que ver cómo sostiene ese poder político. El punto es que cada parche
que le ponen al modelo por el lío que hicieron el día anterior, lo
presentan como la gran genialidad económica, la inclusión social, la
solidaridad y cosas por el estilo.
En
el 2005 Néstor Kirchner sostenía que los productores ganaderos querían
lucrar con el hambre del pueblo argentino. Las medidas aplicadas
hicieron bajar el precio de la carne a costa de consumirnos 10 millones
de cabezas de ganado. Durante un tiempo la gente estuvo feliz porque
tenían el asado barato. Ahora comer carne es un lujo asiático en el país
de la carne y el trigo.
Lo
mismo hizo el gobierno con la energía. Durante años se consumieron el
stock de capital en reservas gasíferas y en centrales eléctricas. Ahora
que ya no hay plata para financiar esa fiesta aparece el tarifazo y lo
quieren vender como un cuidado proceso de redireccionamiento que busca
mantener la equidad y la competitividad.
Todo
va saltando a la vista de la gente. Así como ya saltó el tema de la
carne y de las tarifas, los próximos pasos serán salarios que se
retrasan frente a la inflación, suba del tipo de cambio y, como decía
antes, corrida cambiaria que puede transformarse en corrida financiera.
En economía se puede hacer cualquier cosa menos dejar de pagar los
costos de los horrores económicos.
Estoy
ansioso por conocer qué nuevo discurso inventarán cuando llegue la hora
del ajuste de los salarios, el Central tenga que aumentar más el stock
de redescuentos para hacer frente a los pagos en ventanilla y el tipo de
cambio se escape a niveles impensados.
Roberto Cachanosky
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