Cuando leo quienes intervinieron en su redacción, aparece en "Políticas Públicas en derechos Humanos”, el Dr. Eduardo Luis Duhalde (Segundo de la izquierda en la foto)
Ud. sabe quién es ¿Luis Duhalde?
Ya muchos han olvidado que en el año 1973 y 1974, cuando gobernaba en Argentina el General Juan Domingo Perón, Luis Duhalde dirigía una publicación que se llamaba “Militancia Peronista por la Liberación”. El problema era que el actual Secretario de Derechos Humanos quería liberar al peronismo, pero de la influencia del propio Juan Domingo Perón. Por eso su publicación fue oportunamente prohibida por el régimen peronista. Desde sus páginas, este hombre incitaba y publicitaba los crímenes y atentados de las Organizaciones Terroristas. Los Montoneros, El ERP, las FAR y todas las Organizaciones Armadas encontraron en sus páginas un vehículo para expresar sus comunicados. Cuando querían promocionar sus crímenes, las páginas de la revista de Duhalde se ofrecían presurosas.
Pero la revista no sólo se limitaba a promocionar los actos del terrorismo. En algunos números se encargaba también de seleccionar los blancos de las organizaciones armadas. Arturo Mor Roig, el Padre Carlos Mujica y José Ignacio Rucci, habían sido señalados como enemigos de lo popular y nacional en una de las secciones de la publicación, que sugestivamente tenía el nombre de Cárcel del Pueblo. Los tres fueron asesinados al poco tiempo de haber aparecido en la revista.
Luis Duhalde iba preparando a la opinión pública para que comprendiera el crimen que seguramente ya se estaba preparando. Pero el trabajo de Duhalde no se limitaba a la Revista Militancia.
En sus Memorias, el terrorista Enrique Gorriarán Merlo lo identifica como un activo integrante del Instituto de Relaciones Internacionales, siendo este un apéndice del Ejército Revolucionario del Pueblo. El mismo delincuente también afirma que Luis Duhalde estuvo en Managua en el año 1986 cuando se le dio forma al Movimiento Todos por la Patria, organización terrorista que pasó a la historia en el año 1989, cuando en pleno gobierno de Raúl Alfonsín, asaltó los cuarteles de la Tablada.
Todo lo dicho tal vez ayude a comprender la frase que Luis Duhalde expresara en el momento en que toma conocimiento de la muerte del Líder del ERP, Mario Roberto Santucho. “Pensé que la derrota se había consumado”, dijo Duhalde. Para nuestro Secretario de Derechos Humanos la muerte de uno de los terroristas más sanguinarios y peligrosos lo llevaba a reflexionar que la derrota se había consumado.
Esto demuestra acabadamente que Luis Duhalde no era ajeno al terror. El era parte de ese entramado macabro que intentó la ocupación del poder por medio de la violencia indiscriminada.
En la edición del 14/02/07 del diario español “El País”, le preguntó sobre su relación con las organizaciones terroristas argentinas en los 70, a lo que contestó “No respondo a las acusaciones de los sectores contrarios a la política de derechos humanos”
Cuando la familia de Benito Urteaga hizo un reclamo -fundado en la ley “reparatoria” 24.411- ante la Secretaría de DDHH de la Nación (Expte. 379.361/95), el estado cumplió apresuradamente, y el 2 de junio de 2000 se firmó la resolución por la que le fue concedida a la familia de quien fuera segundo jefe del “ERP” - el grupo terrorista local más sanguinario de la década del 70 -, una indemnización de U$S 220.000. O sea, el pueblo argentino fue obligado a pagar una fortuna a la familia de un jefe terrorista que el mismo pueblo repudió en los 70.
Sin embargo, el Secretario de DDHH (de algunos), Eduardo Luis Duhalde, le denegó igual derecho indemnizatorio a la familia del Capitán Juan Carlos Leonetti, (expte. 126.673/00, Resolución N° 406 del Ministerio de Justicia y DDHH del 16/3/06). Vale recordar que el capitán Leonetti murió en el mismo combate en que cayó Urteaga, el 19/7/76.
Es decir, que según el criterio de Eduardo Luis Duhalde, el terrorista que atentó contra el Estado y la sociedad debe recibir una compensación del mismo Estado, que paga la sociedad. En tanto el Soldado que murió cumpliendo con su deber, de uniforme y de frente, y defendiendo a ese Estado de aquellos que lo atacaron, debe recibir… nada.
¿Ahora entiende porqué creo que vivimos una mentira permanente?
2 comentarios:
Así es, vivimos en una mentira permanente.
Leyendo este post esclarecedor, a uno le hierve la sangre de impotencia.
Abrazo.
Tranquilo Maese, la mentira tiene patas cortas. Alguna vez, los argentinos, nos sentaremos a hablar del futuro en lugar de tener permanentemente el espejo retrovisor enfrente de nuestras narices.
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