Jueces y funcionarios comienzan a señalar que la ley
que habilita a votar a los jóvenes de 16 años crea muchos problemas e
incongruencias.
- Para votar a los 16 años, en realidad, hay que votar, con anterioridad, a los 15. La ley 26.571 estableció que, en forma previa a toda elección general, deben celebrarse las internas abiertas, en la que votan todas las personas que cumplan años el día de esa elección general (artículo 23).
- Si bien los jóvenes podrían votar a los 16, si quieren ser elegidos concejales municipales o afiliarse a un partido, deberán esperar a los 18 años. Esta es la edad en la cual, según la ley argentina, se adquiere la ciudadanía y, en consecuencia, se pasa a ser titular de derechos políticos votar, ser elegido, afiliarse a un partido. Los legisladores que alegan la necesidad de aumentar la participación no evaluaron esa consecuencia en apariencia nada progresista.
- Hay otro problema parecido, pero no idéntico. El adolescente podrá votar a los 16; pero sólo podrá conseguir la licencia de conducir -con permiso de los padres- a los 17 y sólo puede casarse o celebrar un alquiler u otros contratos a los 18.
- El senador kirchnerista Aníbal Fernandez, autor del proyecto oficial, y también el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, argumentan que si un joven puede ser imputado de un delito a los 16, tiene que poder votar a esa misma edad. Pero sólo es un argumento aparente. La ley penal argentina permite que un adolescente de 16 sea juzgado, pero no puede ser condenado a prisión de mayores -sino a un régimen correccional- ni a prisión perpetua, como lo estableció el sistema intera-mericano de derechos humanos.
Comprender la diferencia entre el bien y el mal es bastante más sencillo que entender los matices de la política y de los políticos.
- La Constitución establece que el voto es obligatorio. Reconocerle carácter optativo a un grupo de a 1,4 millón de jóvenes violaría esa cláusula y, además, conviviría con la de mayores de 18 a 70, obligados a votar, y con otro millón que superó esa edad y no tiene obligación. Carne fácil para la campaña.
La Nación
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