El buque Santísima Trinidad no es lo único que se hunde en estos días. Hay otros "barcos" del Gobierno que corren peligro de irse a pique o naufragan en mar revuelto.
La Cámara en lo Civil y Comercial Federal rechazó ayer
todos los planteos del Gobierno contra la medida cautelar que frenó el
decreto para anular la venta del predio de la Rural. No sólo eso: varios
de esos jueces que ya jugaron contra la Casa Rosada en el caso Clarín
afirmaron que el Gobierno "no debe conspirar contra la administración de
justicia o perturbar u obstruir intencionalmente su apropiado
funcionamiento". Las palabras del fallo no fueron elegidas al azar. Así,
Cristina Kirchner ya no se podrá arrogar la exclusividad del término
conspiración para acusar a quienes cuestionan el orden.
¿Renunciará la Presidenta a su plan de estatización de
la Rural? Nada de eso. Ya encomendó a sus ministros redoblar la apuesta
judicial. Apelará la medida cautelar con un recurso extraordinario ante
la Corte y buscará anular la competencia de la Cámara. Así tratará de
reavivar la gesta estatizadora que inició Néstor Kirchner, se reeditó
con YPF y se promovía llevar a un lugar simbólico de lucha para el
kirchnerismo como es la Sociedad Rural. La decisión quedará en la Corte,
que Hebe de Bonafini maltrató duramente.
No es el único buque que naufraga. En medio del debate
por las paritarias, todos los gremios apuntaron a Guillermo Moreno, que
resiste con su índice de inflación ficticio los aumentos salariales y
maneja la retórica peronista para retener a la CGT oficialista de Caló.
El efecto no dio muchos resultados. Varios referentes de la UOM y de la
Uocra empezaron a dialogar activamente con la CGT de Moyano. Nadie se
anima a decir si antes de las elecciones habrá reunificación y el buque
sindical que se armó para combatir a Moyano naufraga sin rumbo. Como
antídoto, la Presidenta encomendó al ministro de Trabajo comprometer un
aumento del piso del impuesto a las ganancias en marzo.
El dólar blue sigue con su estampida y nadie sabe cómo
frenarlo. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, tuvo que admitir
que "no hay un plan en particular" para el tipo de cambio. La visión
difiere del dólar oficial a seis pesos que pronosticó Moreno. Un
allegado al secretario de Comercio explicó la teoría verde de Moreno y
el supuesto control de la inflación: este año habrá US$ 8000 millones
menos de emisión de deuda y por lo tanto el Estado no tendrá que emitir
tanta moneda para comprar dólares, se adujo.
Los intendentes que naufragan en el turbulento mar del
PJ no piensan igual: sus arcas están vacías y ansían obra pública o
dinero de la Nación para los comicios. Y allí corren De Vido o Alicia
Kirchner a entregar planes, obra pública o fondos directos gracias al
artilugio de una resolución del jefe de Gabinete. Todo sea para evitar
un éxodo de dirigentes en octubre. "Ya casi no hay mística con el
Gobierno, nuestra atadura es económica", se sinceró un intendente.
Hay más barcos a la deriva. ¿El ministro de Defensa,
quizá? Silencio oficial. Puricelli seguirá por ahora en su cargo. Ni
siquiera lo movió la Fragata Libertad, que estuvo varada tres meses en
Ghana. A diferencia de otros funcionarios, por lo menos Puricelli tuvo
el decoro de admitir que se le caía la cara de vergüenza cuando supo que
el Santísima Trinidad se hundía en Puerto Belgrano.
El kirchnerismo tiene suerte por ahora y cuenta con la
gran ventaja de que la oposición observa todo este show desde el fondo
del mar.
Martín Di Natale, La Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario