Hace tiempo que dejé de ver y escuchar los discursos de nuestra reina. Mi estómago no me lo permite, porque genero tal nivel de acidez, que ni un licuado de Milanta me calma.
Le juro que es así. Si duda, le dejo el teléfono de mi médico que lo confirmará.
Sin embargo, acabo de ver un pequeño resumen de su discurso de hoy día en Rosario, haciendo referencia del terrible accidente en Once (tren que suele utilizar mi hijo y que el destino quiso que no estuviera allí en ese momento)
Si hubiera despertado de un coma profundo de 10 años justo en el momento en que todos los canales de TV entraban en cadena nacional, y hubiera escuchado a la Presidente decir lo que dijo, inmediatamente habría dicho "¿quiénes fueron los que estuvieron en el gobierno anterior?" Seguramente la enfermera a mi lado me hubiese susurrado al oído "Querido Escriba, hace 10 años que esta gente está en el poder". Inmediatamente volvería a caer en coma.
No puedo creer que nuestra Presidente haya hablado como si ella no tuviera ninguna responsabilidad. Jaime sigue libre y es culpable. Schiavi, actual Secretario de Transporte, no renunció. De Vido, sigue como ministro. Garré, sigue hablando estupideces. Y Cristina, con la claque detrás -parándose y sentándose como un juego- sigue ajena a todo.
¿Que tuvo demora en implementar el SUBE? ¿Y de quién es la responsabilidad? ¡De sus propios funcionarios que aún la rodean! 51 muertos y más de 800 heridos no alcanzan. Esta gente tiene cara de kevlar.
Me da vergüenza ajena escuchar y ver todo este circo, porque si bien no la voté, formo parte de esta sociedad y me comprenden las generalidades de la ley. Algunos de los fallecidos o heridos podrían haber sido mis familiares.
¿Qué está esperando Cristina Kirchner para tomar una decisión política? ¿Una pericia?
¡Socorro!!
Así estamos.
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