viernes, 17 de abril de 2009

El país virtual



Debo reconocer que nunca conocí y menos viví, en un país virtual, como el que actualmente tenemos.

Tenemos una presidente virtual. Fue elegida por votación popular, pero nunca ejerció el mando, tarea que está a cargo su marido, un ex presidente. Ella, parece la hormiguita viajera, siempre subida a los aviones y recorriendo el mundo y poniendo en lo más alto del podio, la imagen de nuestro país. Imagen virtual, por cierto.

Sus discursos, como los de su marido, también son virtuales. Hablan, hablan y hablan, sobre diferentes temas, como si ellos no tuvieran nada que ver o no tuvieron responsabilidad alguna: la inseguridad es culpa de la justicia o los gobernadores anteriores (que compartieron el poder cuano era presidente); la pobreza el responsabilidad de la década infame de los ´90 (cuando se abrazaba con Menem diciendo que era el mejor presidente que tuvo el país); descubrir que existe la pobreza (¿?); que no hay recesión y que la economía está creciendo (seguro que hace referencia a la personal)

Tenemos un Congreso virtual, con legisladores virtuales a los cuales les preocupa muy poco la gente que los votó, pero que levantan la mano cumpliendo las órdenes que les llegan por teléfono.

Estadísticas vituales, brindadas por el INDEK, organismo "tomado" cuyas cifras ya nadie toma en serio y donde, cualquier similitud de los valores con la vida real es pura coincidencia.

Tenemos candidatos virtuales, que se postulan para no asumir.

Manifestaciones "espontáneas" virtuales. Donde la gente va a aplaudir a gobierno virtual, previo pasaje por caja, que si es bien real.

Seguridad virtual, porque es una sensación de la gente y está fogoneada por los medios de prensa. Puede ser que sea verdad, porque hasta ahora la gente que mataron o robaron es de la calle. Nunca a un legislador, juez, ministro, secretario, etc.

Educación virtual. Provincias que perdieron 45 días de clase, de los 50 posibles.

Exportaciones virtuales, porque por un lado el gobierno dice que hay que exportar más y por el otro, pone tantas prohibiciones, trabas y barreras que cada vez que alguien embarca un contenedor, se presenta la banda del ejército a tocar una marcha.

Planes virtuales para incentivar la economía. Pergeniados por una ministra virtual, como es la que está a cargo del ministerio de producción, que solo sirvieron para hacer actos declamativos y que tienen, poco efecto real. Para no decir fracaso.

¿Se le ocurre algo más? Pucha, ¡qué lindo gobierno virtual que tenemos! Vivimos todos felices y contentos. Sino, mire las caras de la gente que camina por la calle: todos tienen la sonrisa virtual.
Mi problema es cuando apago la máquina y vivo la realidad.

1 comentario:

Fiura dijo...

Cuánta verdad! Es tal cual y para llorar.
Con lágrimas reales, no de glicerina.