viernes, 18 de septiembre de 2009

Se limpian el culo con la Constitución

Supongamos que Ud. va a ver un partido de futbol en una cancha visitante. Se ubica en la popular o asiento de platea y espera la hora fijada para el inicio del encuentro.

Ingresan los visitantes pero los locales no aparecen. El capitán del equipo hace calentar a sus compañeros con juegos de pelota mientras esperan.
Pasan cinco, diez, veinte minutos y no hay señal de los rivales. Algunos salen del tunel, pero se quedan dando vueltas: no pueden complentar los once reglamentarios. El DT habla con el árbitro pero este no lo deja hablar y le da la espalda. Quince minutos mas tarde, el propio capitán decide irse de la cancha. Por las dudas, el DT deja a un delegado en el banco.
Pasada la hora larga, los locales conforman el equipo y se acomodan en su lado listos a mover la pelota. El juez llama a los visitantes e inicia el partido. Para hacerla corta, ganan los locales por goleada.
Luego de finalizar el encuentro, el presidente del club perdedor, el DT y el resto de los jugadores presentan una queja de nulidad, porque consideran que el partido no debería haberse jugado, porque el club local no cumplió con el reglamento que establece, las condiciones para que el encuentro se juegue. Ud. seguramente estaría de acuerdo con el club que reclama.
Esto mismo, pero en uno de los tres poderes de la Nación, el Congreso, el partido gobernante hizo lo mismo que el equipo local de la historia: inició la sesión extraordinaria, transcurrido una hora larga de la hora estipulada para su inicio. A la media hora, como no había cuorum la oposición presente reclamó al presidente de la cámara que se levantara la sesión, como establecía el reglamento, pero no hizo.
Todo lo demás, es anecdótico.
Si la Ley, reglamentos y disposiciones no se cumplen en el propio Congreso, cuna de las leyes que nos gobiernan, entoces, que podemos pretender o exigir del resto de la ciudadanía.
Creo que K y sus alcahuetes cruzaron una línea que no debían. Siguen confirmando que romper con lo más básico de un Estado de Derecho, que consiste en respetar las leyes, es algo de uso cotidiano y, como el papel higiénico, se las pasan por el culo. No son picardías políticas. Son traiciones a la gente que los votó y a la propia Constitución que juraron defender.
Me da asco.

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