sábado, 30 de enero de 2010

Divagues a 34.000 pies



Estoy en vuelo hacia Ushuaia a 34.000 pies de altura dentro de un avión de Austral. Las 3 horas y monedas de duración y la buena meteorología me permiten disfrutar del paisaje y utilizar la latop para escribir algo.

Cada vez que me toca hacer algún viaje, por motivos laborales o turísticos, me gusta ver la gente y sus diferentes manías. Los que viajan solos -como yo- las familias, matrimonios, novios o parejas, en fin, todo el espectro zoológico que viaja junto, unido solamente por unas filas de asientos sostenido por dos alas y la pericia de su piloto. Trato de imaginar la historia de cada uno y porqué viaja. Los turistas extranjeros son los más divertidos porque, además de su vestimenta, son los más desprejuiciados y desvergonzados. La cabina se inunda de palabras en portugués e inglés. Welcome to Argentina!

Cuando las azafatas hacen la presentación de cómo usar el cinturón, chaleco y demás elementos del avión, pensaba “si al finalizar el evento, la comisario de a bordo pasa la gorra exclamando “a voluntad, a voluntad” ¿qué pasaría?” Al principio me pareció una idea divertida, luego una estupidez.

No hay nada más cómico que cuando señalan las salidas de emergencia del avión, con los brazos extendidos y los dedos señalando hacia el horizonte. Si me tengo que guiar por esta información, saldría por el baño o quizá una ventana equivocada. A veces, los movimientos de los dedos son tan rápidos, que creo que en cualquier momento se harán un nudo. En general la gente no presta atención y hace cualquier otra cosa.

Lo peor son los chicos, sobre todo los lactantes cuyo llanto se parece a los gritos de la gente cuando está viendo una película de terror. Los comprendo. El dolor de oídos mientras el avión se va presurizando, a veces, también me afecta. Lo mismo pasa cuando inicia el descenso.

La comida, cada vez peor, excepto que viaje en Business. Solamente se pueden tomar gaseosas o té. No recomiendo el café que es instantáneo, pero con medidas de café que varían según quién lo hace.

Estamos sobrevolando la Península de Valdez, ¡qué bien se ve! Ideal para una clase de geografía. Voy a sacar unas fotos para compartirla con Ud. Haga click sobre ella para ampliarla, no se va a arrepentir. El orden es: Golfo San José, al norte de la península y Golfo Nuevo, al sur de la península, donde se encuentra Puerto Madryn.

¡Se llenó de nubes! Ya no se distingue nada, solamente un resplandor azul que indica que estamos sobre el océano.Vamos a tratar de dormir algo antes de llegar. Seguiremos más tarde.

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